EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

jueves, 31 de diciembre de 2015

HOY...

PENSAMIENTOS DE MADRE TERESA



Es Navidad cada vez que sonríes a un hermano y le tiendes la mano.

Es Navidad cada vez que estás en silencio para escuchar al otro.

Es Navidad cada vez que no aceptas aquellos principios que destierran a los oprimidos al margen de la sociedad.

Es Navidad cada vez que esperas con aquellos que desesperan en la pobreza física y espiritual.

Es Navidad cada vez que reconoces con humildad tus límites y tu debilidad.

Es Navidad cada vez que permites al Señor renacer para darlo a los demás.


¡¡¡¡¡ FELIZ NOCHE DE FIN DE AÑO !!!!!

miércoles, 30 de diciembre de 2015

HOY...

SER FELIZ




Hoy traemos aquí éstas maravillosas reflexiones del Papa Francisco y sus recetas para SER FELIZ.




"Puedes tener defectos, estar ansioso y vivir irritado algunas veces, pero no te olvides que tu vida es la mayor empresa del mundo.
Solo tú puedes evitar que ella vaya en decadencia.

Hay muchos que te aprecian, admiran y te quieren. 
Me gustaría que recordaras que ser feliz, no es tener un cielo sin tempestades, camino sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones. 
Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros. 
Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza. 
No es apenas conmemorar el suceso, sino aprender lecciones en los fracasos. 
No es apenas tener alegría con los aplausos, sino tener alegría en el anonimato. 
Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones y períodos de crisis. 
Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista para quien sabe viajar para adentro de su propio ser. 
Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverse actor de la propia historia. 
Es atravesar desiertos fuera de sí, mas ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma. 
Es agradecer a Dios cada mañana por el milagro de la vida. 
Ser feliz es no tener miedo de los propios sentimientos. 
Es saber hablar de sí mismos. 
Es tener coraje para oír un “no”. 
Es tener seguridad para recibir una crítica, aunque sea injusta. 
Es besar a los hijos, mimar a los padres, tener momentos poéticos con los amigos, aunque ellos nos hieran. 
Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple que vive dentro de cada uno de nosotros. 
Es tener madurez para decir “me equivoqué.” 
Es tener la osadía para decir “perdóname.” Es tener sensibilidad para expresar “te necesito.” 
Es tener capacidad de decir “te amo.” 
Y que cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo. 
Pues así serás un apasionado por la vida. Y descubrirás que ser ser feliz no es tener una vida perfecta. Sino en usar las lágrimas para regar la intolerancia. Usar las pérdidas para refinar la paciencia. Usar las fallas para esculpir la serenidad.Usar el dolor para lapidar el placer. Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la inteligencia. Jamás desistas.... Jamás desistas de las personas que amas. Jamás desistas de ser feliz, pues la vida es un espectáculo imperdible."

martes, 29 de diciembre de 2015

HOY...

¿QUÉ ES NAVIDAD?


Navidad no son los almacenes en oferta. Navidad no son los regalos que demos y recibimos, ni las tarjetas que enviamos a los amigos, ni las fiestas que celebramos. Navidad no son Papá Noel, ni santa Claus, ni los Reyes Magos que traen regalos. Navidad no son las comidas especiales. Navidad no es ni siquiera el pesebre que construimos, ni la novena que rezamos, ni los villancicos que cantamos alegres.

Navidad es Dios que se hace hombre como nosotros porque nos ama y nos pide un rincón de nuestro corazón para nacer. Por eso, ser hombre es tremendamente importante, pues Dios quiso hacerse hombre. Y hay que llevar nuestra dignidad humana como la llevó el Hijo de Dios Encarnado. Por eso, Navidad es tremendamente exigente porque Dios pide a gritos un hueco limpio en nuestra alma para nacer un año más. ¿Se lo daremos?

Navidad es una joven virgen que da a luz al Hijo de Dios. Por eso, dar a luz es tremendamente importante a la luz de la Encarnación, porque Dios quiso que una mujer del género humano le diese a luz en una gruta de Belén. Tener un hijo es tremendamente comprometedor, pues Jesús fue dado a luz por María. No es lo mismo tener o tener un hijo; no es lo mismo querer tenerlo o no tenerlo. Navidad invita al don de la vida, no a impedir la vida.

Navidad es un niño pequeño recostado en un pesebre. Por eso es tan tremendamente importante ser niño, y niño inocente, al que debemos educar, cuidar, tener cariño, darle buen ejemplo, alimentarle en el cuerpo y en el alma… como hizo María. Y no explotar al niño, y no escandalizar a los niños, y no abofetear a los niños, y no insultar a los niños.

Navidad son ángeles que cantan y traen la paz de los cielos a la tierra. Por eso, es tremendamente importante hacer caso a los ángeles, no jugar con ellos a supersticiones y malabarismos mágicos, sino encomendarles nuestra vida para que nos ayuden en el camino hacia el cielo y hacerles caso a sus inspiraciones. Por eso es tremendamente importante ser constructores de paz y no fautores de guerras.

Navidad son pastores que se acercan desde su humildad, limpieza y sencillez. Por eso, es tremendamente importante que no hagamos discriminaciones a nadie, y que si tenemos que dar preferencia a alguien que sean a los pobres, humildes, ignorantes. Quien se toma en serio la Encarnación del Hijo de Dios tiene que dar cabida en su corazón a los más desvalidos de la sociedad, pues de ellos es el Reino de los cielos.

Navidad es esa estrella en mi camino que luce y me invita a seguirla, aunque tenga que caminar por desiertos polvorientos, por caminos de dudas cuando desaparece esa estrella. La Encarnación me compromete tremendamente a hacer caso a todos esos signos que Dios me envía para que me encamine hacia Belén, siguiendo el claroscuro de la fe.

Navidad es anticipo de la Eucaristía, porque allí, en Belén, hay sacrificio y ¡cuán costoso!, y banquete de luz y virtudes, y ¡cuán surtidas las virtudes de Jesús que nos sirve desde el pesebre: humildad, obediencia, pureza, silencio, pobreza…; y las de María: pureza, fe, generosidad… y las de José: fe, confianza y silencio!, y Belén es, finalmente, presencia que consuela, que anima y que sonríe. Belén es Eucaristía anticipada y en germen. Belén es tierra del pan… y ese pan tierno de Jesús necesitaba cocerse durante esos años de vida oculta y pública, hasta llegar al horno del Cenáculo y Calvario. Y hasta nosotros llega ese pan de Belén en cada misa. Y lo estamos celebrando en la Eucaristía.

Navidad es ternura, bondad, sencillez, humildad. Por eso, meterse en Belén es tremendamente comprometedor, pues Dios Encarnado sólo bendice y sonríe al humilde y sencillo de corazón.

Navidad es una luz en medio de la oscuridad. Por eso, la Encarnación es misterio tremendo que nos ciega por tanta luz y disipa todas nuestras zonas oscuras. Meterse en el portal de Belén es comprometerse a dejarse iluminar por esa luz tremenda y purificadora.

Navidad es esperanza para los que no tienen esperanza. Por eso, la Encarnación es misterio tremendo que nos lanza a la esperanza en ese Dios Encarnado que nos viene a dar el sentido último de nuestra vida humana.

Navidad es entrega, don, generosidad. Dios Padre nos da a su Hijo. María nos ofrece a su Hijo. Por eso, quien medita en la Encarnación no puede tener actitudes tacañas.


Navidad es alegría para los tristes, es fe para los que tienen miedo de creer, es solidaridad con los pobres y débiles, es reconciliación, es misericordia y perdón, es amor para todos. ¿Entendemos el tremendo compromiso, si entramos en Belén?

lunes, 28 de diciembre de 2015

HOY... UN TESTIMONIO

HOGAR, HIJOS, TRABAJO


Lo reconozco.
Mis hijos ya tienen 11 y 13 años y sigo quedándome en casa para ocuparme de ellos.
Ya lo sé, ya lo sé. Lo he oído mil veces.
"¿Y qué haces con todo el tiempo libre que tienes?"
Siempre me quedo pensativa cuando la gente me lo pregunta y, haciendo un esfuerzo por suavizar el golpe, empiezo a explicar: "Pues escribo para alguna que otra publicación", y después suelto: "Y soy ama de casa".
No debería avergonzarme.
En mi opinión, el término "ama de casa" no describe de manera precisa lo que soy. Yo prefiero decir que "trabajo desde casa". Porque la verdad es que la mayoría de las madres no paran desde que se levantan hasta que se acuestan. Sinceramente, yo no conozco a ninguna que se dedique a sentarse a ver la televisión todo el día.
No tenemos un sueldo a final de mes, y eso que hacemos horas extra. Ni vacaciones, ni días de asuntos propios, ni bajas por enfermedad. Somos conscientes de que solo hay una fuente de ingresos en la familia y ajustamos los presupuestos como corresponde.
A pesar de todo esto, tengo la certeza de que este es mi lugar. Al menos, por ahora.
A mis hijos les encanta que yo esté en casa, aunque parezca una locura. A mí me encanta poder ir a dejarles al colegio o a recogerles. Me encanta poder estar con ellos en casa después del colegio. Me encanta poder estar ahí cuando quieren hablar de sus problemas y de sus preocupaciones. Y me encanta poder estar disponible cuando se ponen enfermos.
A estas edades, mis hijos me necesitan incluso más, aunque de una manera diferente. Ya sé que hemos pasado la fase de los pañales y de aprender los colores y los animales. Ahora estamos en otra fase. En una crítica. Mis hijos están empezando a descubrir en quién se van a convertir, en qué creen y qué es lo que defienden.
Ahora más que nunca, necesitan apoyo para navegar por las desconocidas aguas de la pubertad, la presión social, las relaciones, las clases de francés y las de trombón.
Quiero que nuestra casa sea su lugar seguro, su refugio de un mundo cada vez más tumultuoso.
A las madres trabajadoras: tenéis mi más sincero respeto. Sé que yo no podría hacer lo que hacéis vosotras. Sois increíbles y me parece que sois un ejemplo perfecto para vuestros hijos.
A lo largo y ancho del mundo, hay madres que trabajan sin descanso para mantener y cuidar a sus hijos. Tanto si trabajas en casa como si no, tu dedicación es igual de valiosa. Estamos juntas en esto y, en vez de juzgarnos entre nosotras, deberíamos apoyarnos.
Si soy completamente sincera, esto de trabajar desde casa me permite hacer un montón de galletas y limpiar todas las pelusas de debajo de las camas de mis hijos.

Y merece la pena.

Escrito por Jessica Hoefer-Land
Publicado en el Huffington Post, edición España, el 26-12-2015.

domingo, 27 de diciembre de 2015

HOY... EL EVANGELIO

FESTIVIDAD DE LA SAGRADA FAMILIA


En este domingo la Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia. El Evangelio de hoy contiene algunos aspectos interesantes, acerca de lo implica la vida familiar. Cuando Jesús cumplió los doce años, tiempo en que termina la infancia y empieza la adolescencia, sucede este relato, que sin duda, significa una nueva manera de relacionarse con sus padres y de sus padres con él. El cambio no sólo es fisiológico, sino también cultural, a partir de esa edad, parece que la ley exigía ir al templo de Jerusalén cumpliendo con el culto, aunque: “Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua”.
Lo sorprendente, es que abandona a sus padres para quedarse en el templo con los doctores de la ley, parece que se hace consciente, de que ya es el momento de empezar a ocuparse de las cosas de su Padre. Sus padres, como los de cualquier adolescente están angustiados, tardan tres días en encontrarlo: “Dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados”. Y él responde casi con rebeldía: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?”. “Pero ellos no comprendieron lo que quería decir”, era una respuesta a la que no estaban acostumbrados.
El incidente termina bien: “Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres”. Aprender a “perder al niño”, como José y María perdieron a Jesús en el templo, es el sacrificio de los padres para que tanto ellos como sus hijos, puedan nacer a una forma más madura de vivir. La actitud de María que conservaba todo en el corazón, es la más apta tanto para los padres, como para sus hijos en este crecer en la vida familiar.

Hoy la rapidez de los cambios sociales y culturales, nos impiden en muchas ocasiones, asimilar las nuevas formas y maneras familiares. No entendemos muchas de las acciones de nuestros hijos o nietos, de nuestros hermanos, a la hora de educar, de valorar el uso del tiempo o del dinero y sobre todo, de relacionarse. Separaciones, parejas de hecho, violencia de género, familias monoparentales, matrimonios del mismo sexo… hacen a muchos dudar, de lo que transmitieron y de lo que pensaban que eran los principios fundamentales sobre la familia y hoy no se tienen en cuanta esas enseñanzas que parecían nacidas de la fe.
Es verdad, hay una crisis familiar que quizás comienza en esas habitaciones que tienen de todo: televisión, móviles, ordenador, internet,… refugios para nuestra vida individual. Que continua no sentándose a comer juntos y cuando lo hacemos, de forma rápida y viendo a los famosos, los políticos… sin tiempo para comentar en familia el diario vivir. Comentamos más las anécdotas, que las opciones serias y responsables que debemos tomar en la vida. Y termina o se prolonga al no poder compatibilizar la vida laboral con la vida familiar.
Tenemos una tarea sería: crear espacios y dedicar tiempos para compartir, ir a lo esencial para crecer, contrastar nuestras formas de pensar y de ser, buscar la calidad de vida. En estos días de Navidad en los que todas las familias se encuentra para comer o cenar, es tiempo de celebrar y recordar los fuertes vínculos que entrelazan las diversas generaciones, para que cada cual progresemos como personas. Son momentos para besar, reconciliar, orar, guardar en el corazón todo eso nuevo que nos sorprende y que también necesita su tiempo de maduración.
Convivir en familia no siempre es fácil. Sin embargo, es en la familia donde nacemos y donde seguimos naciendo muchas veces hasta alcanzar nuestra plena autonomía. El evangelio nos invita a comprender cómo esos constantes nacimientos se dan no sin dolor, ni sin angustia, pero todo ello es necesario para que sepamos crecer, respondiendo con fidelidad a la llamada de Dios. Bien vale la pena realizar el esfuerzo que se nos reclama: hacer de cada hogar un instrumento del crecimiento de la persona humana.

sábado, 26 de diciembre de 2015

HOY... UNA HISTORIA REAL

LA MAGIA DE LA NAVIDAD

La foto que demuestra el hecho contado
En diciembre de 1914, se acercaba un durísimo día de Navidad, y las tropas británicas y alemanas se enfrentaban a través de un angosto trecho de suelo europeo. Las condiciones imperantes en ambas trincheras eran espantosas, el tronar de los cañones incesante, y el ruido, ensordecedor. 
La oficialidad británica había tomado escasas prevenciones para celebrar la Navidad. Tenía órdenes de tratar esa jornada como cualquier otra y seguir peleando. Lo poco que pudieron hacer las cansadas tropas, fue recoger unos restos de ramas secas como patético recordatorio de las festividades que con seguridad, se estarían celebrando en sus lejanos hogares. 
Los alemanes estaban mucho mejor organizados. Para elevar la moral de sus tropas, habían hecho enviar canastas con comida y árboles de Navidad a las líneas del frente para estimularlos a pelear mejor. 
Pero esta bien planeada estrategia tuvo precisamente un efecto contrario. En lugar de aumentar la agresiva lealtad de los soldados, detuvo por completo las hostilidades. La verdad es que el común de los soldados alemanes no odiaban a sus pares ingleses, y viceversa, y si procuraban matarse unos a otros era pura y exclusivamente por respeto a las órdenes de sus generales. 
El espectáculo de todos esos arbolitos afectó muy hondo a los alemanes. Las congeladas tropas británicas escondidas en sus trincheras sintieron alarma y desconcierto ante el repentino y extraño silencio seguido por los acordes de un villancico. 
Al asomarse comprobaron asombrados que los soldados alemanes había emergido de sus escondites y ocupaban en actitud pasiva la tierra de nadie. Con cierto temor los ingleses se les sumaron y tuvo lugar una improvisada tregua. 
Los villancicos duraron toda la noche, los enemigos cantaron juntos, y a medida que pasaron las horas tuvo lugar un extraordinario intercambio de regalos. Enemigos mortales se estrecharon las manos, e incluso, se abrazaron y mostraron fotografías de sus respectivas familias y durante un breve interludio, la idea de matar se borró de sus mentes. 

A la mañana siguiente, día de la Navidad, ocurrió algo aún más insólito. Poniéndose de acuerdo sobre un punto intermedio entre ambas posiciones, ingleses y alemanes protagonizaron lo que debe ser el más raro partido de fútbol en la historia de ese deporte.

viernes, 25 de diciembre de 2015

HOY... ES NAVIDAD


BELÉN... ¿ES BUENA NOTICIA?


¿Qué has visto en Belén?
danos tu razón...
Decir lo que has visto
ésa es tu misión.
¿Qué has visto en Belén?,
anda dínoslo...
No sé qué deciros,
sólo he visto a Dios.
En Belén hay nada
sencillez... Amor...
lo de cada día,
el gozo, el dolor,
el ser extranjeros...
pobreza, perdón...
y en medio de todo
sólo está Dios.

No sé qué más deciros,
la Buena Noticia, es proclamar
que si hay Dios, también habrá Paz
y gozo de pobres
y también Verdad,
que sólo Dios basta
que Dios estará hoy, mañana y siempre.
Y eso es Navidad.

María Isabel Pereda
Gentileza de Tiquín y Miguel

¡¡¡¡ FELIZ NAVIDAD !!!!


jueves, 24 de diciembre de 2015

HOY ES... NOCHEBUENA

VILLANCICO A LA NATIVIDAD



Pues el amor
nos ha dado Dios,
ya no hay que temer:
muramos los dos.

Danos el Padre
a su único Hijo;
hoy viene al mundo
en pobre cortijo.
¡Oh gran regocijo,
que ya el hombre es Dios!
No hay que temer:
muramos los dos.

Mira, Llorente,
qué fuerte amorío:
viene el inocente
a padecer frío.
Deja un señorío,
en fin, como Dios:
Ya no hay que temer:
muramos los dos.

Pues, ¿cómo, Pascual,
hizo esa franqueza,
que tome un sayal,
dejando riqueza?
Mas quiere pobreza,
sigámosle nos;
pues ya viene hombre,
muramos los dos.

Pues, ¿qué le darán
por esta grandeza?:
grandes azotes
con mucha crudeza.
¡Oh, qué gran tristeza
será para nos!
Si esto es verdad,
muramos los dos.

Pues, ¿cómo se atreven,
siendo onipotente?
¿Y ha de ser muerto
de una mala gente?
Pues si eso es, Llorente,
hurtémosle nos.
-¿No ves que él lo quiere?
Muramos los dos.

Santa Teresa de Jesús.




miércoles, 23 de diciembre de 2015

HOY...

SONRISA


¿Qué puedes hacer para mantener el nivel de tu alegría? Empieza por pedirla: “Derrama, Señor, sobre mí tu Espíritu para que me sienta inundado de gozo y alegría espiritual”. Luego defiéndela: vigila para que la tristeza no se infiltre poco a poco en tu corazón. Además, cultívala: por ejemplo, llevando alegría a los otros, contándoles una anécdota graciosa, etc. Leer un texto motivador, como el que sigue, puede también ayudarte mucho.

La sonrisa es contagiosa; se te pega como la gripe. Hoy alguien me sonrió y yo comencé a sonreír también. Crucé la esquina y alguien me vio sonriendo. Cuando él me sonrió me di cuenta que se la había comunicado yo a él. Pensé sobre esa sonrisa y descubrí su gran valor.
Una sola sonrisa como la que tuve podría viajar alrededor del mundo. Así que si sientes a una sonrisa deslizarse por tu cara, no la dejes sin hacerla detectar de alguien más. Rápidamente iniciemos esta epidemia e infectemos al mundo. Comuniquemos esta sonrisa, sonriamos a un amigo. ¡Todos necesitamos una sonrisa!


Defiende y cultiva la alegría. El sentido del humor te ayudará a encarar las situaciones estresantes de la vida. Ríe, y tus cargas serán aliviadas. Ríe, y tu vida se alargará. Ríe cuando más lo necesites. Si eres capaz de reírte de una situación, por más dolorosa que sea, podrás superarla. Que sepas fomentar hoy tu capacidad de alegría. 

martes, 22 de diciembre de 2015

HOY...

ENCUENTRO EN LA NAVIDAD


Prepararse para la Navidad con la oración, la caridad y la alabanza: con el corazón abierto para dejarse encontrar por el Señor que todo lo renueva.

En el Adviento empezamos un nuevo camino, un "camino de la Iglesia hacia la Navidad". Vayamos al encuentro del Señor, porque la Navidad no es sólo un acontecimiento temporal o un recuerdo de una cosa bonita.

La Navidad es algo más: vamos por este camino para encontrarnos con el Señor. ¡La Navidad es un encuentro! Y caminamos para encontrarlo: encontrarlo con el corazón; con la vida; encontrarlo vivo, como Él es; encontrarlo con fe. El Señor, en la palabra de Dios que escuchamos, se maravilló del centurión: se maravilló de la fe que él tenía. Él había hecho un camino para encontrarse con el Señor, pero lo había hecho con fe. Por eso no sólo él se ha encontrado con el Señor, sino que ha sentido la alegría de ser encontrado por el Señor. Y este es precisamente el encuentro que nosotros queremos: ¡El encuentro de la fe!

Pero más allá de ser nosotros los que encontremos al Señor, es importante "dejarnos encontrar por Él"

Cuando somos nosotros solos los que encontramos al Señor, somos nosotros –digámoslo, entre comillas – los dueños de este encuentro; pero cuando nos dejamos encontrar por Él, es Él quien entra en nosotros, es Él el que vuelve a hacer todo de nuevo, porque esta es la venida, lo que significa cuando viene Cristo: volver a hacer todo de nuevo, rehacer el corazón, el alma, la vida, la esperanza, el camino. Nosotros estamos en camino con fe, con la fe del centurión, para encontrar al Señor y, sobre todo, para dejar que Él nos encuentre.

Pero se necesita un corazón abierto para que Él me encuentre. Y me diga aquello que Él quiere decirme, que no es siempre aquello que yo quiero que me diga. Él es Señor y Él me dirá lo que tiene para mí, porque el Señor no nos mira a todos juntos, como una masa. ¡No, no! Nos mira a cada uno a la cara, a los ojos, porque el amor no es un amor así, abstracto: ¡Es un amor concreto! De persona a persona: el Señor persona me mira a mí persona. Dejarse encontrar por el Señor es precisamente esto: dejarse amar por el Señor.

En este camino hacia la Navidad, nos ayudan algunas actitudes:
• La perseverancia en la oración, rezar más;
• La laboriosidad en la caridad fraterna, acercarnos un poco más a los que están necesitados;
• La alegría en la alabanza del Señor.


Por tanto: la oración, la caridad y la alabanza, con el corazón abierto para que el Señor nos encuentre.

Fragmento de la homilía del Papa Francisco en Santa Marta el 2 de diciembre 2013

lunes, 21 de diciembre de 2015

HOY...

GESTO AMOROSO


Durante su visita a Estados Unidos, cada vez que el Papa Francisco entraba en una iglesia, antes de hacer cualquier otra cosa, depositaba un ramo de flores a los pies de María, en la capilla lateral dedicada a la Virgen. Y se quedaba ahí a contemplar silenciosamente su imagen. Hizo eso en cada iglesia en la cual entró.
Aún después de su viaje de nueve días y una larga noche en el avión cuando regresaba de Roma, mientras los periodistas que lo acompañaban a bordo pensaban sólo en llegar a casa, el Papa Francisco se dirigió directamente a la Basílica de Santa María Mayor para agradecer a la Virgen su viaje ofreciéndole un ramo de flores.
Convertida recientemente al catolicismo, este gesto me dejó perpleja No comprendía bien la costumbre de ofrecer regalos materiales a una representación artística de la Virgen Decidí visitar a María. Esperando no ver otra cosa que un trozo de yeso blanco, cuál sería mi sorpresa al ver su mirada fija sobre mí, con una expresión maternal amorosa, y su mano libre abierta como si me invitase.  Las flores son un recuerdo físico, un símbolo de la realidad espiritual de nuestra relación con María.

Zelda Caldwell

domingo, 20 de diciembre de 2015

HOY...EL EVANGELIO

SALIDA


“María se puso en camino y fue a prisa a la montaña”. El Adviento y la Navidad ya próxima, es fundamentalmente “salida”. Esta disponibilidad, hace que el hombre esté siempre a la expectativa (Adviento) y alerta a la llegada de Dios. Esta llegada no consiste en algo milagroso o sensacional en un día del año, sino que se manifiesta a través de los acontecimientos de la misma vida humana, podríamos decir que Adviento y Navidad son todos los días del año. La pobreza de corazón, característica de María, la primera creyente, es la disponibilidad total de nuestro ser al Dios que salva y que obra en la historia concreta de los hombres. Es el Sí del hombre, el Sí de María, al Sí de Dios.
El encuentro de María con Isabel, pone al descubierto los planes de Dios que se ha fijado en lo humilde y débil para llevar adelante la salvación. Isabel, ya mayor y estéril, pero llena de ilusión por el hijo que espera como un don de Dios, y María, una desconocida joven de Nazaret pero “¡Bendita entre las mujeres!”. Y es que Dios se complace en lo humilde y sencillo. En la primera lectura de Miqueas nos dice que el Mesías nacerá en “Belén, pequeña entre las aldeas de Judá”, no en Jerusalén la gran ciudad. Nacerá en las afueras, no en el centro urbano, en un pesebre, no en un templo o en un palacio. Algo nos querrá decir todo esto.
El saludo de Isabel se prolonga en la bienaventuranza: “Dichosa tú, que has creído”. La dicha plena, la felicidad, la encuentra María en haber creído a Dios. “Porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”, se cumplió ya en el nacimiento de Jesús. María es el punto de unión entre las promesas de Dios y su cumplimiento. Toda la esperanza trasmitida por los profetas, se cumple en Belén y en el seno de María. Ahora nos toca a nosotros, no es una tarea para los poderosos, famosos o ricos, la humilde muchacha de Nazaret nos lo recuerda en el Magníficat, Él cuenta con los que no tienen más que fe y esperanza.
En esta dinámica, y si decimos, que lo que se dice de María se puede decir de la Iglesia, nos recuerda el Papa Francisco: “Todos estamos llamados a esta nueva “salida” misionera. Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio”, “María es nuestra Señora de la prontitud, la que sale de su pueblo para auxiliar a los demás sin demora. Esta dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella un modelo eclesial para la evangelización “(Evagelii Gaudium).
El Señor llega, viene, el hombre camina, sale. O Cristo nace dentro de nosotros y de la comunidad, comunidad que se hace Cristo y eso lo comunicamos con humildad y ternura a todos los hombres, o no habremos entendido nada de lo que significa celebrar la Navidad. Él viene a visitar a su pueblo, María se va a prisa a la montaña y nosotros acogemos e intentamos llevar a la práctica la Buena Noticia. Está llamando a nuestra puerta, está pidiendo permiso para entrar en nuestra historia, en nuestra casa y el ruido, las compras, la fiesta por la fiesta, el dejarse llevar por el ambiente… tantas cosas en estos días, pueden hacernos sordos y ciegos, para no ver el gran regalo que se nos da: un niño que nos invita a ser misericordiosos.
María nos dice hoy: ¿sales a la montaña conmigo, quieres ponerte en camino? Eso ha sido el Adviento.

sábado, 19 de diciembre de 2015

HOY...

BALANCE ANUAL


Mi percepción a medida que envejezco es que no hay años malos. Hay años de fuertes aprendizajes y otros que son como un recreo, pero malos no son. 
Creo firmemente que la forma en que se debería evaluar un año tendría más que ver con cuánto fuimos capaces de amar, de perdonar, de reír, de aprender cosas nuevas, de haber desafiado nuestros egos y nuestros apegos. Por eso, no debiéramos tenerle miedo al sufrimiento ni al tan temido fracaso, porque ambos son sólo instancias de aprendizaje. 
Nos cuesta mucho entender que la vida y el cómo vivirla depende de nosotros, el cómo enganchamos con las cosas que no queremos, depende sólo del cultivo de la voluntad. Si no me gusta la vida que tengo, deberé desarrollar las estrategias para cambiarla, pero está en mi voluntad el poder hacerlo. 
Ser feliz es una decisión, no nos olvidemos de eso. Entonces, con estos criterios me preguntaba qué tenía que hacer yo para poder construir un buen año, porque todos estamos en el camino de aprender todos los días a ser mejores y de entender que a esta vida vinimos a tres cosas:

- a aprender a amar
- a dejar huella
- a ser felices.

En esas tres cosas debiéramos trabajar todos los días, el tema es cómo y creo que hay tres factores que ayudan en estos puntos:

- Aprender a amar la responsabilidad como una instancia de crecimiento. El trabajo sea remunerado o no, dignifica el alma y el espíritu y nos hace bien en nuestra salud mental. Ahora el significado del cansancio es visto como algo negativo de lo cual debemos deshacernos y no cómo el privilegio de estar cansados porque eso significa que estamos entregando lo mejor de nosotros. A esta tierra vinimos a cansarnos...

- Valorar la libertad como una forma de vencerme a mí mismo y entender que ser libre no es hacer lo que yo quiero. Quizás deberíamos ejercer nuestra libertad haciendo lo que debemos con placer y decir que estamos felizmente agotados y así poder amar más y mejor.

- El tercer y último punto a cultivar es el desarrollo de la fuerza de voluntad, ese maravilloso talento de poder esperar, de postergar gratificaciones inmediatas en pos de cosas mejores.

Hacernos cariño y tratarnos bien como país y como familia, saludarnos en los ascensores, saludar a los guardias, a los chóferes de los micros, sonreír por lo menos una o varias veces al día. Querernos. Crear calidez dentro de nuestras casas, hogares, y para eso tiene que haber olor a comida, cojines aplastados y hasta manchados, cierto desorden que acuse que ahí hay vida. Nuestras casas independientes de los recursos se están volviendo demasiado perfectas que parece que nadie puede vivir adentro. Tratemos de crecer en lo espiritual, cualquiera sea la visión de ello. La trascendencia y el darle sentido a lo que hacemos tienen que ver con la inteligencia espiritual. 
Tratemos de dosificar la tecnología y demos paso a la conversación, a los juegos antiguos, a los encuentros familiares, a los encuentros con amigos, dentro de casa. Valoremos la intimidad, el calor y el amor dentro de nuestras familias. Si logramos trabajar en estos puntos y yo me comprometo a intentarlo, habremos decretado ser felices, lo cual no nos exime de los problemas, pero nos hace entender que la única diferencia entre alguien feliz o no, no tiene que ver con los problemas que tengamos sino que con la ACTITUD con la cual enfrentemos lo que nos toca.
Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan. Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Se achican. Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón. Y un corazón dilatado esta mejor capacitado para gozar de las alegrías y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro.
Mamerto Menapace

Monje benedictino

viernes, 18 de diciembre de 2015

HOY...

FRASES DE ADVIENTO (II)


*La sociedad ¿espera en algo? Posiblemente no. Nosotros en cambio esperamos otro nuevo mundo.

*Las mejores autopistas necesitan constantemente arreglos. La llegada del Señor ¿cómo encuentra los caminos de nuestros corazones?

*¡Qué alegría sentimos cuando alguien nos devuelve algo que es nuestro! ¿Sentimos la misma alegría con el nacimiento de Jesús que nos trae y nos devuelve a Dios?

*Amar a María es llenarnos de lo que, en María, fue constitutivo: la Palabra de Dios. ¿La escuchamos y la veneramos? ¿La reflexionamos y la llevamos a nuestra vida?

*Preparar los caminos al Señor es salir a su encuentro; no detenernos en los escaparates que seducen nuestros instintos pero adormecen nuestras ansias de ir a los brazos de Dios.

*Celebremos la primera Navidad pero, además de eso, levantemos un poco más nuestras cabezas: la segunda venida del Señor está al caer. ¿Cuándo? Eso es lo de menos. Lo importante es….la esperanza.


*Sobran palabras y faltan testimonios. En Belén, con pocas palabras y con una presencia, Dios lo dijo todo. ¿Por qué será que a nosotros nos cuesta tanto el hacer y tan poco el hablar?

jueves, 17 de diciembre de 2015

HOY...

FRASES ADVIENTO (I)


*La esperanza del Adviento es saber a quién estamos esperando: A JESÚS.

*El Señor no nos dice cuándo será su venida definitiva pero, en cambio, nos da pistas de cómo hemos de estar a su llegada: VIGILANTES.

*Esperar al Señor implica hacerlo con aquello que Él nos dijo: salir con amor al encuentro del AMOR.

*Estar alerta es descubrir que, de mil maneras, Dios pasa a nuestro lado: DIOS INVISIBLE PERO SENSIBLE.

*El  Adviento es un compás con tres movimientos: VIGILANCIA, ORACIÓN, CONVERSIÓN Y ALEGRÍA.

*Ir al encuentro de Aquel que viene es poner luz en nuestro corazón para disipar las tinieblas que nos impiden verle.

*El problema del mundo es que desespera por todo. La grandeza del cristiano es que espera en medio de toda desesperanza.

*La oración, en Adviento, es un papel en el que el cristiano escribe su carta personal al Dios que viene en Belén.

*La Palabra de Jesús, además de fortalecernos, nos da seguridad en nuestra esperanza: HABLA.

*El mundo se empeña en cambiar las cosas pero, el Señor, va al fondo de las personas: AL CORAZÓN.


*La rutina es enemiga del vigilante. ¿Quieres y deseas un futuro con Dios? PERMANECE EN PIE.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

HOY... NO OLVIDEMOS

GAUDETE


“Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres; el Señor está cerca”  Con estas palabras del apóstol Pablo, la Liturgia nos invita a la alegría. Es el  tercer domingo de Adviento, llamado por este motivo domingo “Gaudete”. El Adviento es tiempo de alegría, pues permite revivir la espera del  acontecimiento más alegre de la historia: el nacimiento del Hijo de Dios de la  Virgen María.  Saber que Dios no está lejos, sino cercano; que no es indiferente, sino  compasivo; que no es ajeno, sino un Padre misericordioso que nos sigue con cariño  en el respeto de nuestra libertad: este es motivo de una alegría profunda que las  cambiantes vicisitudes cotidianas no pueden arañar.     
Una característica inconfundible de la alegría cristiana es que puede convivir con  el sufrimiento, pues se basa totalmente en el amor. De hecho, el Señor que “está  cerca” de nosotros, hasta el punto de hacerse hombre, viene a infundirnos su  alegría, la alegría de amar. Sólo así se comprende la serena dicha de los mártires  incluso en medio de las pruebas, o la sonrisa de los santos de la caridad ante quien  está en el dolor: una sonrisa que no ofende, sino que consuela. “Alégrate, llena de  gracia, el Señor está contigo” (Lucas 1, 28). El anuncio del Ángel a María es una  invitación a la alegría. Pidamos a la Virgen Santa el don de la alegría cristiana.

 Beato San Juan Pablo II

martes, 15 de diciembre de 2015

HOY...

COMIDA DE NAVIDAD


El pasado sábado 12 de diciembre, los Equipos de Nuestra Señora del sector Valladolid, tuvieron la jornada de convivencia de Navidad. Como siempre, se comenzó con una reunión de todos los Consiliarios con el Equipo del Sector, interesante y enriquecedora para todos. Posteriormente, se pasaron a compartir las viandas tan eficaz y amorosamente preparadas.

En la sobremesa, la nutrida representación infantil llevó el peso de la velada con villancicos y actividades diversas. Como siempre la acogida y la solidaridad fueron las notas predominantes, con el deseo de una FELIZ NAVIDAD para todo el sector, una oración final cerró la bella velada.

lunes, 14 de diciembre de 2015

HOY...

NARANJAS Y OCÉANO


Es muy oportuno para crecer en la fe practicar la oración de petición. Por ella permites a Dios entrar en la trama concreta de tu vida. Sientes así la presencia y cercanía del Señor en tus problemas cotidianos. A él no le molesta estar presente en los mínimos detalles de tu existencia, porque te ama. Es también un camino de sólida y auténtica humildad y sencillez.

En un viaje por el océano, una señora se puso tan enferma por el mareo que el médico le dijo que solo comiendo naranjas podría restablecerse. La señora, en su debilidad dijo: —Doctor no se preocupe. Mi padre celestial me las enviará. Yo voy a pedírselo ahora. —Pero, querida señora —contestó él— no olvide que nos encontramos en medio del océano. —No importa, amigo mío; para Dios todo es posible. Unas horas más tarde, el mismo doctor entraba corriendo hasta la enferma, para poner a los pies de su cama un cesto colmado de naranjas. Como pudo, nervioso y maravillado, explicó su procedencia. —Un buque averiado… Un cargamento de naranjas en el buque…Un… —¡Un milagro de mi Padre celestial, doctor! —le interrumpió la enferma.


Rezar por cualquier necesidad —grande o pequeña, espiritual o material— te ofrece la ocasión de verificar la proximidad de Dios. Él quiere librarte de tus angustias y afanes y se pone a tu alcance para cualquier necesidad. De este modo entrarás en una relación afectuosa, verdadera y concreta con Dios. 

domingo, 13 de diciembre de 2015

HOY... EL EVANGELIO

ENTONCES ¿QUÉ HACEMOS?


Defender la alegría. El profeta Sofonías en la primera lectura, usa las siguientes palabras: Regocíjate, alégrate, gózate, grita de júbilo. San Pablo en la segunda lectura les dice a los Filipenses: “Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. El Señor está cerca”. Es lo que predicaba Juan: “Viene el que puede más que yo”, con Jesús llega el Reino de Dios a los hombres: “una alegría para todo el pueblo”. 
En un tiempo lleno de discursos, de promesas, explicaciones (campaña electoral incluida), surge una pregunta: “¿Entonces, qué hacemos?”. No preguntan que tienen que recordar, aprender de memoria, reflexionar, ni dice lo que tienen que hacer los otros, sino cada uno, nosotros, nuestra comunidad, la Iglesia. Hay una primera pregunta y una primera respuesta que nos afecta a todos: “El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo”, son lo que llamamos las obras de misericordia, el martes pasado día de la Inmaculada, comenzamos el Año de la Misericordia. Es una llamada a nuestra conversión personal.Pero las preguntas y la misericordia van más allá. Preguntan después los que tienen alguna responsabilidad en la gestión (publicanos) y en el ejercicio del poder y de la fuerza (militares), en el pueblo. La respuesta de Juan tiene suma actualidad: “No exijáis más de lo establecido” “No hagáis extorsión no os aprovechéis de nadie, sino contentaros con la paga”, (no hace falta hacer todos los comentarios ahora). Justicia, honradez búsqueda de la paz… parecen ser los criterios para esa llamada también a la conversión social y eclesial, necesaria para la convivencia humana y la llegada de la alegría del Reino.Los cristianos haríamos bien en interesarnos por los presupuestos del País, las inversiones en gasto social, la ayuda a los más débiles, la dependencia, la venta de armas, la ecología, los Derecho Humanos (el jueves celebramos su día), nuestra presencia pública como Iglesia…, es otro de los caminos de conversión y una tarea todavía no asumida por muchos. “Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se acaba”, Espíritu y fuego. Juan sabe que será inútil la predicación de Jesús, su milagros y el esfuerzo de crear una sociedad mejor, si los hombres no cambiamos interiormente, por eso insiste en la conversión del corazón y de la mente, en el cambio de actitudes.
La alegría nace de un hombre y una comunidad que crece, que supera sus crisis, que aún con el riesgo de cometer errores, sabe hacer algo por sí mismo y por los demás, dando paso a la fuerza del Espíritu. Viene el Señor y las razones de nuestra alegría son hondas. No estaría de más releer en casa los textos de Sofonías y Pablo, como una invitación dirigida a nosotros y rezar agradecidos. A la pregunta: “¿Entonces nosotros, qué hacemos?”, tenemos una respuesta: “Os lo repito, estad siempre alegres en el Señor”. Hagamos con alegría lo que el Espíritu nos haya inspirado, es Adviento y Jesús y el Reino están llegando.
Julio César Rioja, cmf