EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

domingo, 31 de julio de 2016

HOY... EL EVANGELIO (Lc 12, 13-21)

 TODO ES VANIDAD


Parece claro que es la codicia, la que nos ha llevado a esta crisis que estamos padeciendo: “Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes”. Esta crisis ha dejado a miles de personas en el paro, a un montón de trabajadores precarios que aún teniendo trabajo no llegan a fin de mes, a gente sin casa y familias en la desesperación. Mientras que los mejor situados en el sistema, han visto aumentar sus ingresos y la brecha entre ricos y pobres ha aumentado. Son simplemente datos de Cáritas.
De esto, nos habla la parábola que se nos propone en este domingo y que sin duda, goza de una gran actualidad. Demasiados piensan que lo mejor es almacenar, especular, llenar las arcas, los graneros, asegurar su vida para muchos años, aunque eso implique fastidiar la de otros. Lo importante es descansar, comer, beber, banquetear, disfrutar, aparentar. El dios dinero: “no podéis servir a Dios y al dinero”, se ha convertido en nuestra nueva religión, todos estamos tocados por un ambiente, que nos recuerda, que si no tienes, no eres, estás al margen, descartado, invisible.
La primera lectura del Eclesiastés nos proclama: “¡Vanidad de vanidades; todo es vanidad!”, y Jesús nos dice:”Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”. Somos con frecuencia necios y vanidosos, preferimos no pensar, que lo que tenemos, no nos garantiza saber si vamos a estar vivos mañana. “Que me quiten lo bailado” decimos, seguimos con el ansia de acumular, todo es poco para sentirnos satisfechos, necesitamos más productividad, más bienestar, más consumo. Esta codicia a la que nos impulsa el sistema neoliberal, es un peligro mortal, la vida de uno no está asegurada por sus bienes.
Quizás a Jesús, le hubiera gustado esta parábola que cuenta Anthony de Mello y que podemos usar en esta homilía: “Un hombre caminaba sosegadamente por un camino en los alrededores de una aldea india. Vestía una túnica simple, llevaba un hatillo a la espalda y calzaba sandalias. De pronto, alguien le alcanzó corriendo por detrás y le dijo entrecortadamente: ¡La piedra, la piedra! ¡Dame la piedra! Tuve un sueño esta noche y la diosa Visnú me dijo que encontraría cerca de esta aldea a un hombre que posee la mayor piedra preciosa del mundo y que yo podría conseguirla.
Te refieres a esta, dijo el otro sacando de su hatillo un enorme diamante, la encontré esta mañana junto al camino. Llévatela si quieres, yo no la necesito. El hombre contemplo deslumbrado el diamante más grande y hermoso que jamás había visto. En sus destellos veía todo lo que podría adquirir gracias a él: se haría rico, cambiaría de casa, tendría sirvientes, compraría el elixir de la eterna juventud… Arrebató el diamante de las manos del caminante y echó a correr. El hombre lo miró alejarse y se sentó a meditar a la sombra de un árbol junto al camino.
Al atardecer vio venir hacia él al hombre que le había arrebatado el diamante por la mañana. Se acercó a él con la piedra preciosa en la mano, se la entregó y le dijo: Dime, a cambio cuál es la fuerza y el secreto que te permite desprenderte con tanta facilidad de este diamante” (Anthony de Mello, “El canto del pájaro”). Seguro que el texto del Evangelio de hoy hubiera terminado igual, con la misma enseñanza: “Así será el que amasa riqueza para sí y no es rico ante Dios”.
Dice San Pablo a los Colosenses: “Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra”. No son tiempos fáciles para abandonar la idolatría del dinero que nos da seguridad, e intentar vivir en sobriedad y sobre todo atentos a las víctimas de la crisis. ¿Cuál es la fuerza y el secreto que nos puede permitir desprendernos?: el Reino de Dios, los bienes de allá arriba.
Julio César Rioja, cmf

sábado, 30 de julio de 2016

HOY...

EL DOLOR DEL TIEMPO
 

Tenerlo todo y no saber decirlo
para escuchar las voces tan oídas,
agarrar el silencio por las bridas
en un quebrar el tiempo sin abrirlo.
 
Pero mirar tus ojos y sufrirlos,
arropar los torrentes de mi vida
recostarme callado en tus heridas
es ahondar en el tiempo y repartirlo.
 
Yo no quiero soñar con los jardines
de mi infancia entre pompas irisadas.
Yo no quiero dormir en tus violines
 
ni jugar sobre el potro de la suerte.
Sólo quiero, Señor, noches calladas.
Sólo quiero, Señor, sorber tu muerte.
 
Pedro Miguel Lamet,  SJ.

viernes, 29 de julio de 2016

HOY...

EL PAPA EN CRACOVIA


El papa Francisco ya está en Polonia para acompañar a todos los jóvenes del mundo llegados allí con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. Y uno de sus primeros gestos ha sido pasear por el tranvía ecológico que funciona en Polonia. Así cumple, con hechos, todo lo que hablaba en la Encíclica "Laudatio Si". Además, dando otra muestra de su misericordia, se hizo acompañar por 15 personas de movilidad reducida y no dudó en mostrar su simpatía y cercanía a todos aquellos que se le acercaron. 

jueves, 28 de julio de 2016

HOY...

JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD


¿Qué es la Jornada Mundial de la Juventud?
La Jornada Mundial de la Juventud es una celebración de la fe. Es un gran acontecimiento, en el que fiesta y fe se unen inseparablemente y al que el Papa invita a jóvenes de todo el mundo a un lugar concreto. La Jornada Mundial de la Juventud es internacional: llegan jóvenes de más de 180 naciones. Su objetivo común: conocerse entre sí, compartir experiencias y celebrar una gran fiesta ante la presencia del Papa.

¿Cuál es el origen de las jornadas mundiales de la juventud?
En 1984 más de 300.000 jóvenes de todo el mundo acudieron a Roma para el Jubileo Internacional de la Juventud el domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro. Estaban respondiendo así a la invitación del Papa de celebrar el Año Santo de la Redención en 1983 /1984, marcando el 1950 aniversario de la de la muerte y resurrección de Jesucristo.

Abrumado por el gran número de personas, la noche antes del domingo de Ramos, el Papa dijo a los jóvenes:
"¡Qué fantástico espectáculo veros todos aquí hoy! ¿Quién dijo que los jóvenes de hoy en día habían perdido sus valores? ¿Quién dice que no se puede contar con ellos?"

En ese momento, Juan Pablo II confió a los jóvenes del mundo un símbolo del amor de Cristo por la humanidad "para que fuese llevado a todo el mundo": una enorme cruz de madera, conocida ahora como la "Cruz de los Jóvenes".  Y así empezó la búsqueda personal del Papa para que este magnífico encuentro de fe de los jóvenes se convirtiese en algo más permanente.

Un año después, la Organización de las Naciones Unidas proclamaron 1985 como el "Año Internacional de la Juventud". El Papa vio en esa ocasión una maravillosa oportunidad para organizar otro gran encuentro de jóvenes para ese año e invitó a los jóvenes del mundo a celebrar con él el domingo de Ramos en Roma; más de 250.000 jóvenes respondieron a su llamada.

Inspirado por esos dos grandes eventos, el Papa Juan Pablo II deseó que los jóvenes del mundo pudiesen celebrar y aprender de forma continuada más cosas sobre la fe.  Una semana después de la celebración con los jóvenes, el Papa anunció la creación de la Jornada Mundial de la Juventud:
"El Señor nos ha dado sus bendiciones especiales para este encuentro (el Domingo de Ramos), así en los años venideros, la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud tendrá lugar todos los domingos de Ramos conjuntamente con el Consejo de los Laicos".

Así nació la Jornada Mundial de la Juventud. Se convirtió en una de las principales características que definieron del papado de Juan Pablo II, vista como una forma de acercarse a la próxima generación de católicos, demostrando tener confianza en ellos, rejuveneciendo la iglesia y llevando a cabo sus enseñanzas.

Los principios básicos de la Jornada Mundial de la Juventud son:
Una expresión de la Iglesia universal
Un instrumento de evangelización de los jóvenes
Una "Epifanía" de los jóvenes de la Iglesia
Un símbolo efectivo de la Unión Eclesial
Un peregrinaje de fe, espiritual y práctico

¿Cuántas jornadas mundiales de la juventud se han celebrado hasta el momento?
Hasta ahora ha habido 30 Jornadas Mundiales de la Juventud, y de ellas 12 como encuentros internacionales: en 1987 en Buenos Aires (Argentina), en 1989 en Santiago de Compostela (España), en 1991 en Czestochowa (Polonia), en 1993 en Denver (EEUU), en 1995 en Manila (Filipinas), en 1997 en París (Francia), en 2000 en Roma (Italia), en 2002 en Toronto (Canadá), en 2005 en Colonia (Alemania), 2008 en Sydney (Australia), 2011 en Madrid (España) y 2013 en Río de Janeiro (Brasil).

¿Por qué merece la pena participar en la Jornada Mundial de la Juventud?
Para muchos jóvenes las Jornadas Mundiales de la Juventud suponen una experiencia inolvidable. Conocen a cristianos y cristianas de todo el mundo, celebran juntos una gran fiesta y de este modo viven su fe de una manera nueva. Los participantes quedan profundamente conmovidos por la fuerza del mensaje del Papa. El Papa tiene grandes esperanzas puestas en los jóvenes y les infunde ánimo y valentía para su vida diaria. La experiencia de la fe común más allá de países, idiomas y culturas, les fortalece en su camino personal, en el cual algunos tienen la sensación de vivir aislados. Muchos experimentan una orientación nueva y nueva energía para seguir su propio camino de fe.

Si no soy católico. ¿Puedo, no obstante, participar en la Jornada Mundial de la Juventud?

Aunque la Jornada Mundial de la Juventud está en principio dirigida a jóvenes cristianos de la Iglesia Católica, naturalmente todos los interesados e interesadas en la Jornada están cordialmente invitados. Desde quienes sólo quieren participar en las actividades hasta quienes quieren conocer o redescubrir la fe católica.

miércoles, 27 de julio de 2016

HOY...

VALORAR LAS PEQUEÑAS COSAS


Si esperas el momento oportuno de hacer algo verdaderamente grande, ¿cuántas veces en tu vida se te presentarán ocasiones semejantes? Aprovecha las ocasiones que te ofrece cada día, para realizar acciones ordinarias de manera extraordinaria. Cada tarea te permite dedicarte con lo mejor de ti mismo, madurar y vivir a pleno.

Un hombre, al volver un día de su trabajo, encontró su casa hecha un caos, en completo desorden: las camas sin hacer, los platos sin lavar, las ropas, los juguetes y los libros de los niños desparramados por todas partes…Además, la comida estaba sin preparar. — Pero, ¿qué es lo que está pasando aquí? — Preguntó el hombre a su mujer, con estupor y reprimida cólera.
— Nada, respondió ella, con aparente tranquilidad. Tú siempre te preguntas extrañado qué hago yo todo el día. Bueno, pues echa un vistazo. Hoy no lo he hecho.


Las tareas sencillas y cotidianas son realmente responsabilidades simples; pero, ser fieles al quehacer de cada día es algo importante. La felicidad humana generalmente no se logra con acciones de especial relevancia, que pueden acontecer muy raras veces, sino en ese sencillo deber que realizas todos los días con mucho amor. Valorízalo en ti y en los demás.

martes, 26 de julio de 2016

HOY...

ENS JÓVENES


Estos jóvenes de la fotografía están realizando una "macroquedada" muy especial, son los 250 muchachos y muchachas de diferentes países que han estado la semana pasada en el Encuentro Internacional ENS Jóvenes que se ha desarrollado en la localidad de Pilas (Sevilla). Su "macroquedada" no es para jugar a las máquinitas modernas, es mucho más profunda y  está relacionada con la fe en Jesucristo y son el germen de la semilla del futuro de los Equipos de Nuestra Señora. En estos momentos en que nuestra juventud tiene a su disposición muchas formas de compartir y rellenar su tiempo libre, ellos son un ejemplo de esperanza, de ilusión y de compromiso que nos llena de alegría. Nos demuestran la universalidad del cristianismo y la vocación internacional de los ENS.



Su lema "AMÉN, ASÍ SEA", es toda una declaración de intenciones. Así se terminan las oraciones, y para nosotros los cristianos significa principio y fin, como un círculo donde lo que es el final también es el comienzo.

¡¡¡ GRACIAS CHIC@S !!!

lunes, 25 de julio de 2016

HOY... ANINAMOS

REUNIÓN ERI


Aquí están los integrantes del Equipo Responsable Internacional de los Equipos de Nuestra Señora reunidos en la localidad de Swanwick (Gran Bretaña), preparando el próximo Encuentro Internacional de Fátima, que puede parecer aún lejano, pero no lo está tanto y hay muchas cosas por realizar. Como podemos observar los ENS no se detienen en verano y el ejemplo de nuestros responsables internacionales debe servir de acicate a los demás. Nuestro reconocimiento, nuestro apoyo  y nuestra oración con ellos.

domingo, 24 de julio de 2016

HOY... EL EVANGELIO (Lc 11, 1-13)

ENSÉÑANOS A ORAR


“Señor, enséñanos a orar”, San Lucas resalta este domingo la importancia de la oración, que está en el centro de la vida cristiana. Orar pertenece a la entraña de la experiencia del encuentro con Dios, en Jesús. No es fácil, todos decimos que la oración es fundamental para el creyente, pero lo difícil es sacar momentos para ponernos delante del misterio. Escasea la oración e incluso el rezo, porque vamos perdiendo el sentido poético y simbólico. Toda relación es un acto gratuito, ineficaz, inútil, único y nosotros estamos acostumbrados al pragmatismo.
Desde niños nos enseñaron a rezar, con la oración del Padrenuestro que hoy nos propone Jesús, tres padrenuestros después de confesarnos, un padrenuestro para bendecir la mesa, otro en todas las misas. Lo recitamos tan rápido, que en ocasiones, no sabemos distinguir entre lo que decimos y hacemos, o lo sabemos y por eso corremos. En el momento de su rezo en la Eucaristía escuchamos: “nos atrevemos a decir”, y la audacia parece convertirse en rutina muchas veces cantarina. Quién puede llamar a Dios, Padre (Abba) y no ir más allá de la costumbre mil veces repetida.
Cómo decir que santificado sea su nombre, se haga su voluntad, que venga su Reino, sin alzar nuestra mirada al cielo. Y en la segunda parte, cómo no mirar al hombre que necesita el pan de cada día, el perdonar y ser perdonado, el no caer en la tentación y ser librado del mal. En el Padrenuestro unimos el cielo y la tierra, se nos muestra lo fundamental del Reino, que no es formulado en una doctrina, sino en una oración. Rezarlo crea una cierta insatisfacción, un deseo, una esperanza de que es posible que pueda llegar el Reino, que es justicia, paz y fraternidad. Que será necesario repartir el pan cada día no sólo en la Eucaristía, sino el pan material, pedir perdón y luchar por una vida más digna. Es entonces cuando las palabras, mil veces repetidas, cobran sentido.
Nadie puede apropiarse a Dios, no es Padre mío, sino Padre nuestro, nuestro Dios es de todos, llamar a Dios Padre nos hace a todos hermanos. En él no se habla de la Iglesia, el centro es Dios y el hombre necesitado. Ahí está lo esencial, la pasión por el cielo y la pasión por la tierra. Toda oración nace de un profundo encuentro con Dios, que es el que nos manda a la acción, por eso está llena de una confianza alegre y de un sereno abandono. Lo importante de la oración son las experiencias que suscita: nos hace ver nuestras limitaciones, anhelos, noches oscuras, tener momentos de bendición y alabanza… La relación con la trascendencia, sólo puede vivirse en búsqueda.
“Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre”. Pedid, buscad, llamad, dar, hallar, abrir; podrían ser los ser verbos imprescindibles para orar. Jesús se enfrento al templo, los sacerdotes, el culto, la ley, el sábado, pero nadie jamás le pudo acusar de no pedir al Padre por sus discípulos, de no buscar su voluntad, y de no retirarse en muchas ocasiones, en soledad a orar. Por eso, se puede asegurar, que un creyente que no ora, difícilmente es creyente, a lo más, será una persona con una fuerte carga ideológica, que se ha creado un Jesús imaginario y un catolicismo a su medida.
Tendremos que conseguir tiempo para orar, lo de rezar no lo llevamos tan mal, en medio de tanta actividad, quizás, nos falte el momento de aquel labrador, que todas las tardes al regresar del campo, entraba en la Iglesia que estaba solitaria, se sentaba en el último banco a fumar un cigarro y hablar con Dios, no rezaba, le contaba como iba la cosecha, sus hijos… y al terminar el cigarro se marchaba para casa. No es cuestión de método, ni de posturas, tendremos que contar con el Espíritu (espiritualidad viene de Espíritu), es cuestión de amistad y de saber; que dependemos de alguien, que es Padre- Madre, que nos quiere.
Julio César Rioja, cmf

sábado, 23 de julio de 2016

HOY...

MECÁNICO DEL ALMA


Una vez iba un hombre por una larga y muy solitaria carretera cuando de pronto su auto comenzó a detenerse hasta quedar estático.

El hombre se bajó, lo revisó, trató de averiguar qué era lo que tenía, pensaba que pronto podría encontrar el desperfecto que tenía su auto, pues hacía muchos años que lo conducía, sin embargo, después de mucho rato se dio cuenta que no encontraba la falla del motor.

En ese momento apareció otro auto, del cual bajó un señor a ofrecerle ayuda.  El dueño del primer auto dijo:
“Mire, este es mi auto de toda la vida, lo conozco como la palma de mi mano, no creo que usted sin ser el dueño pueda hacer algo”.

El otro hombre insistió con cierta sonrisa, hasta que finalmente el otro propietario del auto dijo: “Está bien, haga el intento, pero no creo que pueda hacer algo, pues este auto es mío”.

El segundo hombre echó manos a la obra y en pocos minutos encontró el daño que tenía el auto y lo pudo arrancar.

El primer hombre quedó atónito y preguntó: “¿Cómo pudiste arreglar el fallo si el auto es mío?”

El segundo hombre contestó: “Verás, mi nombre es Félix Wankel...  Yo inventé el motor rotativo que usa tu auto”.

Cuántas veces decimos: “Esta es mi vida, este es mi destino, esta es mi casa, déjenme a mí solo, yo puedo resolver el problema”.

Al enfrentarnos a los problemas y a los días difíciles creemos que, YO puedo resolver el problema. 

Al enfrentarnos a los problemas y a los días difíciles creemos que nadie nos podrá ayudar, pero te voy a hacer unas preguntas.
“¿Quién hizo la vida?  ¿Quién hizo el tiempo?  ¿Quién creó la familia?”

Sólo aquel que es el autor de la vida, puede ayudarte cuando te quedes tirado en la carretera de la vida.  Si necesitas un mecánico aquí están sus datos:
Nombre: Dios.
Dirección: El cielo.
Horarios: 24 horas al día, 365 días del año, por toda una eternidad.
Garantía: De por vida.
Teléfono: No es necesario, basta con que ores con fe.

Lo más importante... Su línea nunca está ocupada.

viernes, 22 de julio de 2016

HOY...

EL ÁGUILA Y EL GALLO


“No cantes victoria antes de gloria”: este refrán enseña a no dejarse ofuscar por un triunfo pasajero, que todavía necesita asegurarse bien. Este error cometes si te entregas al descanso prematuramente, si descuidas la vigilancia, si pierdes el estado físico o intelectual, si festejas antes de tiempo. Una fábula de Esopo lo ilustra muy bien.

Dos gallos reñían por la preferencia de las gallinas; y al fin uno puso en fuga al otro. Resignadamente se retiró el vencido a un matorral, ocultándose allí. En cambio el vencedor orgulloso se subió a una tapia alta dándose a cantar con gran estruendo. Pero no tardó un águila en caerle encima y raptarlo. Desde entonces el gallo que había perdido la riña se quedó con todo el gallinero. (Esopo)


El refrán comentado se aplica también al combate espiritual, que terminará sólo con la gloria del Cielo. Antes de esa hora debemos permanecer siempre en vigilancia y oración, como Jesús enseña en el Evangelio, y lo ejemplificó con la parábola del servidor a quien su señor al regresar lo encuentra velando. Don Bosco decía: “¡Descansaremos en el Paraíso!”.

jueves, 21 de julio de 2016

HOY...

EL TRABAJO


“No hay trabajo que no tenga importancia. Toda tarea que eleve a la humanidad, es digna e importante, y debería ser asumida con dedicación, buscando la excelencia. Si alguien está llamado a ser barrendero, debería barrer las calles como Miguel Ángel pintaba, como Beethoven componía música o como Shakespeare escribía versos” (Martin L. King).

El dramaturgo irlandés Bernardo Shaw tenía muchos enemigos en la alta sociedad inglesa. En una reunión que se realizaba en la corte, uno de ellos se le acercó y le preguntó con cierta sorna: 

—¿No era sastre su padre? El escritor hizo un ademán afirmativo y dijo: —Es cierto. 

—¿Y por qué no se ha hecho sastre usted también? Shaw sonrió, y a continuación planteó a su interlocutor esta pregunta: 

—¿No era su padre un caballero? —Sí, lo era en efecto, —replicó el otro. —Entonces, ¿por qué no lo es usted también?

“Ningún trabajo es insignificante, ninguna tarea es despreciable, cualquier ocupación merece que pongamos todas nuestras fuerzas y nuestra creatividad en ella, como lo hizo Jesús en Nazaret. Nuestro trabajo puede ser vivido con una gran profundidad espiritual si lo realizamos a la luz del trabajo de Jesús en su vida oculta” (Víctor Fernández). Que estés orgulloso de tu trabajo.

miércoles, 20 de julio de 2016

HOY...

DIOS Y LOS PROBLEMAS



Es urgente enseñar a nuestros hijos, alumnos, niños y niñas de catequesis… a no manipular a Dios. La imagen de un Dios “arreglalotodo” es una de las peores herencias de fe que podemos dejarles. De las peores y de las más débiles imágenes de un Dios que no existe y al que, por tanto, mucha gente da la espalda cuando comprueba que no le soluciona la vida.
Estos pasados días comprobé cómo los niños y los jóvenes tienen asumido que la esperanza es esa cualidad por la que uno espera que no le suceda nada malo, por la que uno espera que el Señor actúe para que las cosas no se tuerzan, las gente no se muera, la enfermedad no llegue, el examen se apruebe, la amistad no desaparezca, etc., etc., etc. Y una y otra vez yo tuve que explicar que no, que la esperanza no es eso.
Dios no hace magia ni nos soluciona los problemas. Hoy mismo mi hijo puso patas arriba un bienintencionado comentario de mi madre sobre la Virgen del Carmen. “- La Virgen del Carmen protege a los marineros y les auxilia para que no les pase nada” – dijo mi madre. Mi hijo respondió al instante: “- Pues a muchos no les ayudó porque han muerto en el mar”. Se lo dejó, lo que se suele decir, a huevo. Efectivamente. Cuidado con estos argumentos y estas afirmaciones que nos llevan a un callejón sin salida.
Dios no hace magia ni nos soluciona los problemas. La esperanza consiste en esperar la luz cuando todo se ha llenado de oscuridad, consiste en saber que Dios está y que camina junto a nosotros aún cuando no vemos hacia dónde ni conocemos las razones. Dios no evita batallas sino que lucha a nuestro lado. Dios no evita sufrimientos ni dolores, ¡ni los manda! Eso forma parte de la vida, la existencia, el mundo, la naturaleza… Jesús no se bajó de la cruz porque no quiso y porque no podía hacerlo.
Hay que enseñar a los que vienen detrás a que la mejor oración es hacer a Dios presente en nuestra vida, hablarle como a un padre, como un amigo, contarle cómo estamos y lo que nos pasa, decirle lo que no entendemos y terminar poniendo nuestra vida y nuestra existencia en sus manos, que no quiere decir pedirle obrar el milagro sino más bien tener fe en que Él nos ama y su promesa es eterna.

Dios es el Dios fiel que nos ama, no el Dios de las emergencias que nos repara los platos rotos.
Publicado en facebook ENS España

martes, 19 de julio de 2016

HOY...

LOS REMOS DE LA BARCA


El escritor escocés Walter Scott cuenta que un día, cuando paseaba en un bote, notó que los remos utilizados por el barquero llevaban cada uno una inscripción. Sobre uno: “ora”, y sobre el otro, “trabaja”. Entonces preguntó qué significaba esto. —Enseguida voy a mostrárselo, contestó el barquero. Inmediatamente puso en acción sólo el remo “ora” y el bote empezó a dar vueltas sin avanzar. Luego tomó el remo “trabaja”, haciendo girar el bote en sentido contrario. Finalmente, tomó los dos remos y el bote se dirigió hacia adelante. — ¿Entendió Usted?, preguntó el barquero. —Si, —respondió el escritor—, la oración sin el trabajo, o el trabajo sin la oración, no pueden llevarnos a la meta.

La oración que haces al comenzar la jornada y al terminarla, es la expresión de tu amor y confianza en Dios. Entre estos dos momentos, si amas de verdad a Dios con toda el alma y con todas las fuerzas, como dice la Palabra, de alguna manera el recuerdo y la presencia del Señor te acompañarán en las variadas tareas de tu jornada.

lunes, 18 de julio de 2016

HOY...

EL PODER DE LA ORACIÓN


Un nuevo estudio realizado por un investigador cristiano, revela que la curación física puede ocurrir como resultado de poder de la oración.
El doctor Andrew Newberg, director de investigación de Thomas Jefferson Hospital y Medical College en Pennsylvania, dirigió el estudio, en el que los escáneres cerebrales de resonancia magnética, demostraron que hay poder en la oración.
El estudio también encontró que el efecto de la oración es muy parecido a un entrenamiento físico para el cerebro.
“Cuando nos fijamos en la forma cómo funciona el cerebro, parece que es muy fácilmente capaz de participar en prácticas religiosas y espirituales…. sólo tiene sentido, si Dios está allá arriba y nosotros estamos aquí abajo, que nuestro cerebro es capaz de comunicarse con Dios“, dijo Newberg a Christian Post.
En uno de sus estudios, Newberg tenía pacientes ancianos con problemas de memoria, oraron cada día durante 12 minutos por ocho semanas. Los resultados de la resonancia aparecieron positivos y dramáticamente diferentes, después de concluir el experimento. Además, los resultados de pruebas revelaron que el beneficio de la oración, puede en realidad formar el cerebro.
En 2012, The Huffington Post informó que Newberg llevó a cabo otro estudio, que las formas en que la oración y la meditación afecta al cerebro humano. Su investigación demostró que cuando una persona se dedica a la oración, hay un aumento de la actividad en los lóbulos frontales y el área del lenguaje del cerebro, conocida por convertirse en activa durante la conversación. Encontró que para el cerebro, orar a Dios es similar como hablar con la gente.
Para llevar a cabo este estudio, se inyectó a los participantes con un tinte radiactivo inocuo mientras estaban en profunda oración o meditación. El tinte emigró a diferentes partes del cerebro en la que el flujo de sangre era el más fuerte.
Newberg llegó a la conclusión que, independientemente de la religión, la oración crea una experiencia neurológica entre las personas.

domingo, 17 de julio de 2016

HOY... EL EVANGELIO (Lucas 10, 38-42)

ESCUCHAR


Hay una frase en las redes sociales que dice: que bueno sería que además de enseñarnos a hablar en varios idiomas, nos enseñaran a escuchar en alguno. Es lo que hace María: “que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra”. Marta actúa, habla; María calla, escucha. Las dos se complementan, aunque para Jesús: “María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán”. Es verdad que María no cumple con sus funciones de anfitriona, es Marta la que se preocupa de que no falte nada, no da abasto y por eso protesta. Pero ¿en qué consiste la verdadera acogida?
Muchas son las cosas que nos ponen inquietos y nerviosos, cosas que nos despistan, estamos rodeados de tantos estímulos exteriores, que es difícil la acogida y la escucha de las personas. La fe, que fundamentalmente es encuentro con Jesús, con su Palabra, entre tantas palabras, estar en su presencia, tener una sobremesa larga, una charla, hablar de amor con aquel que sabemos que nos ama, se ha vuelto casi imposible, en una sociedad en la que importa más lo que dice el móvil, que la persona que está sentada en tu misma mesa.
Se necesita el silencio más que nunca, se añora, pero no se busca. Da miedo encontrarse consigo mismo y no digamos con Dios, la excusa común, es lo mucho que tenemos que hacer, en ocasiones hasta por el Reino. Pero, si ni hay nada dentro, no se puede estar fuera y si no se está fuera, no se puede estar dentro y esto no es sólo un juego de palabras. Hasta los más contemplativos, han entendido que lo suyo es orar por todo el mundo (las clarisas de mi pueblo conocen las historias de todo el pueblo y oran por cada uno) y los más comprometidos, saben que sin pasar grandes ratos delante del misterio, uno se quema.
A cada uno Dios le concede lo que Él quiere, como en la primera lectura del Génesis, se nos acerca a la encina de Mambré mientras estamos sentados a la puerta, en forma de tres hombres que han quedado como iconos de la Santísima Trinidad. Abrahán como Marta, se desviven ofreciéndoles cuajada, leche, ternero guisado, pan de hogaza, agua para lavarse y es que sin la hospitalidad no se cena. Parece, que la mayoría estamos llamados a unir las dos cosas, unificar la contemplación y la acción, el “Ora et labora”.
Nuestras comunidades cristianas, nuestras parroquias, deben convertirse en lugares de acogida, donde se pueda entrar a rezar un rato y estar en silencio a los pies del Cristo, celebrar despacio, tener paz en medio de tanto ruido, oasis donde beber del propio pozo, escuchar la Palabra a los pies del Maestro. Y también centros donde se recibe al forastero, se reúnen las gentes de los diversos colectivos, se invita a la denuncia ante todos los problemas sociales, se abre la puerta al excluido y se propone la fraternidad, en un mundo tan dividido. Comunidades de contraste, alternativas, que saben que lo humano es sacramento de la presencia de Dios, que para entenderlo, es preciso llevarlo, estar y ponerlo en el centro de todo lo que celebramos.
Jesús en este evangelio expresa su preferencia por lo que representa María. Hay mucha gente que está dispuesta a dar, pero menos a escuchar. Demasiadas personas, que tenemos tanto que hacer, que no nos queda tiempo para pararse. Jesús piensa que lo mejor que podemos hacer en la vida, es tener tiempo para la escucha, estar disponibles, dedicar nuestro tiempo, nuestra atención, nuestro interés, a lo que dice la otra persona, a lo que le preocupa, lo que desea, lo que espera. La ruina de las relaciones interpersonales es la falta de escucha, esto es lo que rompe los matrimonios, las familias, las amistades, los grupos. Los políticos fracasan porque no escuchan a los ciudadanos. Los sacerdotes, los obispos y todos los cristianos no cumplimos con nuestra misión cuando no escuchamos a la gente, sobre todo a los que no vienen.

sábado, 16 de julio de 2016

HOY...

ESCALONES A LA FELICIDAD



No puedes ser todo para todas las personas.
No puedes hacer todas las cosas al mismo tiempo.
No puedes hacer todas las cosas igual de bien.
No puedes hacer todas las cosas mejor de lo que lo hacen los demás, tú las haces a tu manera.

Tu humanidad se hace presente como en el resto de la gente.
Así que:
Debes buscar dentro de ti quién eres, y ser ése.
Debes decidir las prioridades, y cumplirlas.
Debes encontrar tu fuerza y usarla.
Debes aprender a no competir con los demás

Por lo tanto: 
Habrás aprendido a aceptar que eres único.
Habrás aprendido a fijar las prioridades y a tomar decisiones.
Habrás aprendido a vivir con tus limitaciones.
Habrás aprendido a respetarte.
Y serás un mortal más vital.

Atrévete a creer:
Que eres una persona maravillosa e irrepetible.
Que más que un derecho, es tu tarea encomendada ser quien eres. 
Que la vida no es un problema a resolver, sino un regalo de Dios que disfrutar.
De esta forma podrás sobreponerte y disfrutar de las cosas que antes te deprimían

viernes, 15 de julio de 2016

HOY...

 COSMOS


Tan sólo un reflejo de tu infinita hermosura,
tan sólo un detalle de tu infinita belleza.
Todo acaba en ti, todo en ti empieza,
el cosmos y cuanto en él atienta y perdura.

¿Qué poema le oigo a la naturaleza?
¿qué cántico a todo ser, a toda criatura,
que emocionada eleva hacia ti su voz pura
aclamando tu amor, tu inmensa grandeza?

Gracias por los oídos y gracias por los ojos
con los que ver llorando el rastro de tus huellas
y por el corazón con el que poder cantarte;

Gracias por amarme Tú, gracias por yo amarte,
mientras llega el ocaso con resplandores rojos
y altas en la noche se encienden las estrellas.

Angel García-Rayo Luengo. Pbro.

jueves, 14 de julio de 2016

HOY... DESTACAMOS

VIENTOS LAICALES


Tras la renuncia de monseñor Lombardi como portavoz de la Santa Sede, el papa Francisco ha nombrado  al norteamericano Greg Burke como nuevo portavoz  y que hasta ahora ocupaba el puesto de viceportavoz  y como subdirectora de la Sala de Prensa Vaticana a la española Paloma García Ovejero, corresponsal de COPE. Ambos son profesionales de gran prestigio, con una dilatada trayectoria tanto a nivel periodístico como de conocimiento de las estructuras vaticanas, estando ambos muy identificados con el proyecto de Iglesia que propone el Santo Padre. Los nombramientos ponen de relieve la importancia que el Santo Padre concede al papel que los laicos deben realizar dentro de la Iglesia, asunto por lo que siempre ha abogado en todas sus intervenciones públicas y sus Cartas Pastorales. Así mismo pone de manifiesto la importancia que desde el Vaticano se da al mundo de las comunicaciones y la necesidad de adaptarse a los cambios que se producen. De la misma forma supone una clara internacionalización y profesionalización de la Iglesia Católica, que  busca llegar allí donde sea necesaria su presencia.
Deseamos a ambos todo tipo de éxitos en su labor y rezaremos por ello. 

miércoles, 13 de julio de 2016

HOY... UNA IMAGEN

DIGNIDAD



Siempre se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras y  la foto que vemos la corrobora totalmente. En un país, USA, inmerso en una peligrosa fractura social y racial, donde la violencia salta a la más mínima chispa,  una mujer joven y decidida, sola y sin miedo, cuyo nombre es Leisha, demuestra que la dignidad humana está en el interior de la persona y por encima de cualquier otro factor. La foto está sacada de la manifestación pacífica de Baton Rouge (Luisiana) y resume, en una sola instantánea, todo el horror y toda la esperanza que rodean al ser humano. Lo mejor es lo que la propia Leisha dijo al ser puesta en libertad al día siguiente: "Sólo necesito que la gente sepa lo ocurrido. Aprecio los buenos deseos y el amor pero esta es la obra de Dios. Gloria al más alto. Me alegro de estar viva y segura y que he sido testigo de primera mano"

martes, 12 de julio de 2016

HOY...

LA OLLA


Un día, un experto en administración del tiempo estaba hablando a un grupo de estudiantes y buscó una serie de acciones para sus comentarios, de forma que a los jóvenes se les quedara la idea en su mente para siempre. El experto se colocó enfrente de todos con una olla de cerámica con boca ancha. La colocó sobre la mesa y tomó una docena de piedras grandes y las fue colocando dentro de la olla.

Cuando la olla estuvo llena y no cabía una piedra más, preguntó: "¿Está llena la olla?

Todos en la clase contestaron: "Siiiiiii"

Dijo él: "¿De verdad?"  Entonces tomó un cubo con grava y empezó a vaciar su contenido en la olla hasta que ésta se fue colocando en los huecos que existían entre las piedras más grandes hasta que ya no pudo entrar una más.

Él preguntó: "¿Está llena ahora?"

Alguien del grupo contestó: "Probablemente no"

"¡Bien!" exclamó. Enseguida tomo una cubeta con arena y la vacío dentro de la olla de tal manera que la arena cubrió los huecos dejados por las piedras y la grava y ya no cupo más.
Preguntó: " ¿Está llena ahora?"

"¡Nooo!" exclamó el grupo

"¡Excelente!" - les dijo, a la vez que vaciaba una jarra con agua en el interior y ésta era absorbida por la arena. "¿Cuál es la moraleja de este ejemplo?"

Un estudiante comentó: "La moraleja es que no importa cuán llena esté tu agenda, si te esfuerzas habrá cabida para algo más".

"No, -contestó el experto-. La moraleja que nos ilustra esto es que si no colocas las piedras grandes en primer lugar, no podrás hacerlo después" ¿Qué son para ustedes las piedras grandes en su vida? ¿Un proyecto pendiente de lograr? ¿Tiempo de calidad con tu familia? ¿Tu fe? ¿Una causa justa? ¿Tus finanzas? ¿Tus estudios?

Recuerden: "Pongan las piedras grandes de su vida primero, ya que no podrán colocarlas después"

lunes, 11 de julio de 2016

HOY...

SERVIR AL HOMBRE


Vuelven a la mente las palabras cargadas de significado que san Juan XXIII pronunció en la apertura del Concilio para indicar el camino a seguir: “En nuestro tiempo, la Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia y no empuñar las armas de la severidad… La Iglesia Católica, al elevar por medio de este Concilio Ecuménico la antorcha de la verdad católica, quiere mostrarse madre amable de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y de bondad para con los hijos separados de ella”.
En el mismo horizonte se colocaba también el beato Pablo VI quien, en la Conclusión del Concilio, se expresaba de esta manera: “Queremos más bien notar cómo la religión de nuestro Concilio ha sido principalmente la caridad… La antigua historia del samaritano ha sido la pauta de la espiritualidad del Concilio… Una corriente de afecto y admiración se ha volcado del Concilio hacia el mundo moderno. Ha reprobado los errores, sí, porque lo exige, no menos la caridad que la verdad, pero, para las personas, sólo invitación, respeto y amor. El Concilio ha enviado al mundo contemporáneo en lugar de deprimentes diagnósticos, remedios alentadores; en vez de funestos presagios, mensajes de esperanza: sus valores no sólo han sido respetados sino honrados, sostenidos, sus incesantes esfuerzos, sus aspiraciones, purificadas y bendecidas… Otra cosa debemos destacar aún: toda esta riqueza doctrinal se vuelca en una única dirección: servir al hombre. Al hombre en todas sus condiciones, en todas sus debilidades, en todas sus necesidades”

Papa Francisco. Misericordiae Vultus, n. 4

domingo, 10 de julio de 2016

HOY... EL EVANGELIO (Lucas 10, 25-37)

SAMARITANOS DE HOY


Miremos el evangelio desde la víctima: “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto”, prestemos ojos a los apaleados, a los machacados, a los tirados en los caminos, a los que viven en los márgenes, que no por eso son mejores, simplemente están excluidos, en los bordes.
Allí tirado, vio venir a un sacerdote y se dijo: ¡qué suerte!, este me recogerá y me curará, al fin y al cabo, entra entre sus valores atender a los caídos, ser misericordioso, tener compasión. Pero al verlo: “Dio un rodeo y pasó de largo”, quizás tenía prisa o llegaba tarde al templo. El hombre pensó, no sin antes decir algún improperio, tanto culto, tanto Dios y tanto rezo y no se preocupan por uno medio muerto. Le hervía la sangre, mientras contemplaba como se alejaba, como si no hubiera visto nada.
Distinguió a lo lejos a un levita, le reconoció por su forma de vestir, estos también atienden la liturgia del templo y en ocasiones son una especie de diáconos. Bueno, puede que este me recoja y me levante, se ilusionó: “Pero hizo lo mismo”. Demasiados tramites, curarle, llevarle algún sitio, dar explicaciones, mejor pasar de largo, atenderle le llevaría toda la tarde. Aquel hombre, se rindió, nadie se preocupa por nadie, e incluso se preguntó, si él en la misma situación no hubiera hecho lo mismo.
Se estaba desangrando, pero aún tuvo tiempo para escuchar una cabalgadura y ver que el que se acercaba era un samaritano. ¡Lo que me faltaba!, este es capaz de quitarme hasta la poco ropa que me queda. Se bajó del caballo, él estaba temblando, llevaba en las manos dos frascos, le echó aceite y vino en las heridas y él perdió la consciencia, se despertó en una posada. “Al día siguiente (el samaritano), sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo: Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la vuelta”.
No sabemos más, del que bajaba de Jerusalén a Jericó, puede que empezara a confiar en la condición humana y aprendiera lo que es tener entrañas de misericordia. Lo que está claro, que él y los que escucharon esta parábola, en la versión que sea, quedaron desconcertados. Jesús pone como modelo a un samaritano, a un fuera de la ley, a un casi hereje, a un enemigo. Pero ¿es que un ateo, un agnóstico…. puede entrar en el Reino?, la respuesta es rotunda: SÍ, aunque no lo sepa, basta que ame y ame desinteresadamente. El Reino es dado a los que amaron sin conocer a Jesús en el prójimo, se nos recuerda en (Mt 25).
El maestro de la ley, debe preguntar desde Jerusalén: “¿Y quién es mi prójimo?” y la respuesta sólo se puede entender bajando a Jericó, ha estar con los más necesitados. “¿Cuál de estos tres, te parece que se portó como prójimo, del que cayó en manos de los bandidos? Él contestó: El que practicó la misericordia con él. Jesús le dijo: Anda, haz tú lo mismo”. Probablemente, ni el sacerdote, ni el levita eran malas personas, ni la víctima una estupenda persona, de lo que se trata, no es de saber el precepto (Amar a Dios y al prójimo), los tres lo conocían, se trata de descentrarse, de moverse a compasión.
Vete y haz tú lo mismo, sal a los caminos, recoge a los tirados y denuncia a los salteadores, cura con vino y aceite (los signos del Reino, los milagros). Aprende quién es tu próximo, acompaña (paga hasta la vuelta), lee las historias de Jesús de otra manera, y escucha la Palabra de Dios, en el pueblo y en la vida. Vete y déjate acompañar, siéntete pecador, herido, amado y tratado por Dios con misericordia, para que puedas tratar a los demás de la misma manera. Vete y entrega no sólo lo que tienes, sino lo que eres y eso será buena noticia. Vete… porque Dios se nos está mostrando de la realidad aunque sea con cara desfigurada. Se nos muestra en el camino, en la esquina, en la calle, en los rostros, en el templo, en el bar… y esto es el desconcierto. Nos invita a salir, como la única forma de entrar, a perderse para encontrarte-encontarLE. Qué bien lo expresa Pedro Casaldáliga: “Voy a intentar querer lo que Tú quieres/ y hacer Tú voluntad contra la mía. / Quiero dejar Te ser lo que Tú eres: / ¡Único, Otro, Nuevo cada día!”.
Aunque parezca increíble: “Dios, más que la televisión, más que los actores de moda, ha escogido para hablar a nuestra sociedad, para mostrarse a nosotros, el silencio del indigente, la desfachatez impuesta de la prostituta, el llanto del niño maltratado, la humildad del inmigrante, la rabia del preso, la soledad de la mujer desesperada, la honestidad y limitación del voluntario. La basura humana de la sociedad, ha resultado ser la tribuna que Dios ha escogido, para comunicarse a nosotros, hombres y mujeres de la moderna sociedad occidental, urbana, desarrollada” (José Sols Lucia, Teología de la Marginación, Cuadernos Cristianismo y Justicia, nº 46).
Como dice la primera lectura del Deuteronomio: “El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca. Cúmplelo”.
Julio César Rioja, cmf

sábado, 9 de julio de 2016

RAZONES PARA NO CONFESARSE (II)


9. Lo haré cuando esté realmente arrepentido:
Esta afirmación es en parte correcta. La confesión requiere del arrepentimiento auténtico para que sea fructuosa. En todo caso sería bueno que se esfuerce y se proponga alcanzarlo lo antes posible. ¿Cómo? Rece más, lea la Biblia, medite más y haga un profundo examen de conciencia. ¿Por qué? Porque la vida pasa y todos necesitamos arrepentirnos para poder pedir con sinceridad perdón, y pedir perdón es fundamental para poder convertirnos; y convertirnos, para llegar al cielo. «No te desesperes – decía San Agustín- se te ha prometido el perdón -Gracias a Dios por estas promesas –respondía otro– a ellas me atengo. «Ahora, pues, vive bien –replicaba este– Mañana viviré bien- el otro contestó: Te ha prometido Dios el perdón, pero el día de mañana nadie te lo ha prometido» (San Agustín, Comentario sobre el salmo 101).

10. No tengo tiempo, mejor comulgo y luego me confieso:
Lo decíamos en otro punto. Si realmente no ha podido confesarse por motivos de fuerza mayor (no valen argumentos como “no alcancé porque estaba viendo el partido de fútbol”) y realiza una contrición perfecta, usted podría comulgar. Lo dice el Catecismo en el 1452. Ahora bien, obtiene el perdón de los pecados mortales con esta contrición, bajo una condición importante: «si comprende la firme resolución de recurrir tan pronto sea posible a la confesión sacramental (cf Concilio de Trento: DS 1677)». Esto quiere decir, que al final de la misa debe buscar al sacerdote para pedir la confesión (o lo antes posible). Si no es esta su intención, pone en cuestión la perfección de su contrición y por lo mismo el perdón de los pecados mortales cometidos. En todo no es muy aconsejable aprovecharse de esta posibilidad, pues es muy difícil tener la certeza de la perfección de la contrición. Vaya por lo seguro. Llegue a tiempo y confiésese con tranquilidad. No se arriesgue. Recuerde también de las palabras de San Pablo: «Quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo» (I Cor 11, 27-29).

11. Con las oraciones que hago diario, los sacrificios, las obras de caridad, se me perdonan los pecados:
Esto es verdad. Lo dice la Biblia: «el amor cubre multitud de pecados» (1Pe 4,8). Y lo confirma el Catecismo en el número 1452: «La contrición cuando brota del amor de Dios amado sobre todas las cosas se llama “contrición perfecta” (contrición de caridad). Semejante contrición perdona las faltas». Sin embargo, la Biblia también dice: «Reciban el Espíritu Santo. A quienes perdonen los pecados, les quedarán perdonados y a quienes se los retengan, les quedarán retenidos» (Jn. 20, 22-23). Y el Catecismo continúa diciendo: «semejante contrición perdona las faltas veniales; obtiene también el perdón de los pecados mortales, si comprende la firme resolución de recurrir tan pronto sea posible a la confesión sacramental (cf Concilio de Trento: DS 1677).». No se debe oponer una verdad con la otra. Ambas deben ser integradas. La confesión no es una imposición externa o una cuestión opcional, es más bien el regalo que nos hace Dios para “concretar” con seguridad esa experiencia de misericordia que hemos recibido. Es muy difícil estar seguros de haber hecho una contrición perfecta, y por eso Dios nos regala maneras para confirmarla. Es poco aconsejable comulgar sin tener certeza del perdón. De hecho quien pudiéndolo confirmar a través de las mediaciones seguras, prefiriese no hacerlo, por considerarlas innecesarias, pone en cuestión al mismo Dios e ipso facto pone en cuestión la perfección de su contrición.

12. No me confieso con un pecador, él no puede perdonarme:
Cuando el sacerdote dice “Yo te absuelvo” ocurre un gran milagro. Sucede lo mismo que cuando dice: “este es mi Cuerpo”. No es el Cuerpo del sacerdote. Sépalo usted, allí quien habla ya no es solo el sacerdote. Ese “Yo” que usted escucha es la voz del mismo Cristo. Sí, es una voz que viene desde lo más alto de los cielos y desde las profundidades del corazón. Qué no la engañen sus sentidos. Ese “Yo” le pertenece a Cristo. Es difícil de creer, pero es la pura verdad. A usted quien lo perdona es Cristo, cierto, a través del sacerdote.

13. No lo necesito, soy consciente de mis errores y puedo corregirlos solo:
Habría que distinguir. Mejorar sus errores es una cosa, perdonar sus pecados es otra. Sobre lo primero tiene usted razón. Puede y debe mejorar sus errores. Eso sí, no diría solo, porque la gracia de Dios es siempre necesaria. Sobre lo segundo en cambio se equivoca. Si se trata de pecados, la confesión es imprescindible. Solo Dios perdona los pecados. Esta potente verdad fue uno de los motivos de la conversión de Chesterton, que decía con gran lucidez: «Cuando la gente me pregunta a mí o a cualquier otro ¿Por qué te uniste a la Iglesia de Roma?, la primera respuesta esencial, aunque sea en parte incompleta es: “para librarme de mis pecados”. Porque no hay ningún otro sistema religioso que declare verdaderamente que libra a la gente de los pecados. (…) El sacramento de la penitencia da una vida nueva, y reconcilia al hombre con todo lo que vive: pero no como lo hacen los optimistas y los predicadores paganos de la felicidad. El don viene dado a un precio y condicionado a la confesión. He encontrado una religión que osa descender conmigo a las profundidades de mí mismo”»

14. Dios no me va a perdonar:
Es cierto. Dios no lo va a poder perdonar si sigue creyendo que no lo va a perdonar. La misericordia de Dios llama con insistencia, pero jamás bota abajo la puerta. Pruebe usted mejor a cambiar de idea. Repita conmigo: “Dios sí que me va a perdonar. Dios quiere, puede y me va a perdonar. Dios es infinitamente misericordioso”. Es cierto. Dios ahora la va a perdonar, sin importar lo que haya hecho. Dios no se cansa de perdonarlo. Dios es siempre fiel y llama todo el tiempo a nuestra puerta. Somos nosotros los que por desconfianza, vergüenza, falsa autocompasión, etc. nos quedamos comiendo solos, encerrados en los pequeños y terribles rincones de nuestra pusilánime soledad.

15. Conozco al sacerdote, me da mucha vergüenza contarle lo que he hecho:
Dicen algunos que el pudor es la experiencia interior que nos lleva a reconocer el valor que debe ser protegido (ocultado muchas veces). Esto salva por ejemplo a la desnudez del mal gusto (lo sabemos es de mal gusto andar desnudos por la calle). La vergüenza en cambio, que en algo se le parece, es la experiencia interior del valor que ha sido transgredido, y nos lleva a protegernos (a ocultarnos también tantas veces). Esto nos salva de ser unos sinvergüenzas (lo sabemos es feo cometer un pecado grave y luego andar por la vida como si nada hubiese sucedido). Ahora bien, la vergüenza puede ser negativa si es que se repliega en sí misma. Decía el santo Cura de Ars que el demonio antes de pecar te quita la vergüenza y te la restituye cuando vas a confesarte. Pero por el contario, la sana vergüenza, puede ser muy positiva si es que nos lleva a una confesión más profunda y dolida, y evita que volvamos a caer muy seguido en los mismos pecados. Por eso usted tiene que aprovechar su mucha vergüenza como catalizador, para -después de entrar en su interior y replegarse- salir como el hijo pródigo decidido a la casa del Padre. Si le cuesta mucho, entonces busque a otro sacerdote o un confesionario con rejilla. Eso sí, no se olvide: evite quedarse oculto.

16. No tengo por qué contarle mis pecados a otro, es un asunto privado:

En este asunto San Juan es taxativo: «Si decimos que no pecamos, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros; pero si confesamos nuestros pecados, Dios nos perdonará. Él es fiel y justo para limpiarnos de toda maldad.» (1Jn1, 8-10) Además «Uno puede decir: yo me confieso sólo con Dios. Sí, tú puedes decir a Dios «perdóname», y decir tus pecados, pero nuestros pecados son también contra los hermanos, contra la Iglesia. Por ello es necesario pedir perdón a la Iglesia, a los hermanos, en la persona del sacerdote