HOMENAJE
A LOS BELENISTAS
Las
horas consumidas,
creyendo
en un proyecto inacabado...
las
prisas tan temidas,
mudar
lo terminado
hasta
dar como bueno lo empleado.
Escayola,
maderas,
papel,
luces, estrella reluciente,
pastores
en las eras,
cascadas
en pendiente,
el
huerto en un extremo floreciente.
Herreros
en el porche,
mujer que amasa en la panadería,
el
día se hace noche,
el
gallo ¡qué diría?
si
no cantara, no amanecería.
En
el castillo espera
un
déspota con malas intenciones...
con
furia verdadera
destrozará
ilusiones:
matar
quiere al Niño, sin más razones.
Desde
Oriente se acerca
un
séquito real, engalanado,
persiguen
muy de cerca
la estrella que ha guiado:
el
Portal de Belén, es señalado.
Un
ángel anunciando
el
Amor, que se extiende en la llanura,
lavanderas,
lavando...
María
¡Oh ternura!
¡Dios
ha nacido!, todo es hermosura.
Como
si fueran guiños,
luces
y sombras, recrean la vista,
abuelos,
padres, niños,
ponderan
al artista
¡merece
la pena, ser Belenista!
Carlos Malillos Rodríguez
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