NUESTRA SEÑORA DE LOURDES
La advocación católica de Nuestra Señora de
Lourdes hace referencia a las dieciocho apariciones
de la Virgen María que Bernadette Soubirous (1844-1879) afirmó haber presenciado en la gruta de Massabielle, a
orillas del río Gave, en las afueras de la población de Lourdes, Francia en las estribaciones de los Pirineos, en 1858.
Ya en vida de Bernadette,
multitud de católicos creyeron en las apariciones de la Virgen María como
vehículo de la gracia de Dios, y el papa Pío IX autorizó al obispo local para que permitiera
la veneración de la Virgen María en Lourdes en 1862, unos diecisiete años antes
de la muerte de Bernadette.
Bernadette Soubirous fue proclamada santa por Pío XI el 8 de diciembre de 1933. Desde entonces, la advocación de la Virgen María
como Nuestra Señora de Lourdes ha sido motivo de gran veneración, y su
santuario es uno de los más visitados del mundo.
La Iglesia católica
invoca a Nuestra Señora de Lourdes como patrona de los enfermos.
Las apariciones fueron
revelaciones privadas y no públicas, por lo cual la Iglesia católica no las
considera artículos de fe -no incorporaron material nuevo como objeto de fe de
la Iglesia católica, ni se requiere de sus fieles que crean en ellas-. En la fe
de la Iglesia católica, Dios elige a quién curar y por qué medios, pues
"vuestros pensamientos no son los míos, ni vuestros caminos son mis caminos,
dice el Señor" (Isaías 55, 8). En el decir de Blaise Pascal "Dios tiene sus razones que
nuestra razón no conoce".
Por otra parte, las autoridades de la Iglesia católica han expresado
explícitamente su devoción a Nuestra Señora de Lourdes de distintas formas. El
25 de marzo de 1958, centenario de aquella aparición en la que la "Señora" se
presentó con las palabras "Yo soy la Inmaculada Concepción", el cardenal Angelo
G. Roncalli, luego papa y beato Juan XXIII, consagró la gran Basílica subterránea de
San Pío X. En la clausura del centenario de las apariciones de Lourdes, lo
expresó así: "La Iglesia, por la voz de sus papas, no cesa de recomendar a los
católicos que presten atención al mensaje de Lourdes".
La imagen de la Virgen de Lourdes que los fieles católicos veneran sigue en
general la descripción que Bernadette hiciera de la Señora:
- Joven.
- Vestida de blanco con una cinta de color azul a la cintura.
- Con las manos juntas en actitud orante.
- Con un rosario colgándole del brazo.
- Con una rosa dorada en cada pie.
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