LA VIDA
"Si se pudiera proteger a los acantilados de las tormentas, nunca podría admirarse la belleza de sus quebradas". (Elizabeth Kübler)
Muchas veces tenemos la sensación de que la vida no vale la pena. En casos extremos pueden escucharse frases como esta: "no quiero tener hijos, porque solo se viene al mundo a sufrir"
Pero. Realmente la vida ¿es así? ¿ O nosotros la hacemos así?
Lo que realmente hace sufrir no es la vida en sí, son las expectativas que creamos en torno a como debería ser el mundo o una persona en particular.
Por ejemplo, cunado nos enojamos con nuestra pareja porque no llegó a tiempo o no nos expresa su amor como nos gustaría lo hiciera.
Entonces, lo que daña no es la pareja, son los pensamientos y emociones con respecto a como debería actuar, de acuerdo con la etiqueta de hombre o mejorar que tenemos.
Si se sufre porque la vida es cruel es porque tenemos un concepto equivocado de lo que realmente es. La vida debe ser ante todo, FELICIDAD.
La vida hay que verla como un paquete completo, en que hay amor, muerte, instantes imborrables y fracasos dolorosos, se acepta como tal. Solo aceptando como es, nos podemos adaptar a ella. Busquemos las capacidades dormidas en cada uno de nosotros para salir a flote ante sus continuos desafíos.
El dolor y las derrotas son magníficas oportunidades para replantearnos como vivimos la vida. Es bueno caminar por los bosques, un poco apartados de la gente, para reflexionar durante un espacio de tiempo para preguntarnos acerca de nuestros desafíos actuales y plantearse nuevas metas, en una autoevaluación.
Todos somos producto de nuestras reacciones ante los retos. Somos hermosas quebradas hechas por las tormentas de la vida.
Generalmente, las mejores oportunidades de nuestra vida vienen disfrazadas de problemas.
No importa cuáles sean, siempre hay una solución.
¡DISFRUTEMOS DE LA VIDA!
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