TEMPLO DEL ESPÍRITU SANTO
Hoy hacemos referencia a una imagen que nos ayuda a mostrar el misterio de la Iglesia: el templo.
Cuando hablamos de templo, pensamos en un edificio, en una construcción: Nos recuerda al pueblo de Israel, el gran Templo de Salomón, lugar de encuentro con Dios por la oración. En su interior se guardaba el Arca de la Alianza, signo de la presencia de Dios entre la gente. Allí estaban las Tablas de la Ley, el maná y la vara de Aarón, recuerdo constante de la presencia de Dios a lo largo de la Historia, acompañando a su pueblo y guiándolo.
También nosotros cuando vamos al templo, debemos recordar esta historia, mi historia: de cómo Jesús se encontró conmigo, cómo me acompaña, cómo me ama y me bendice. Lo que estaba prefigurado en el antiguo templo israelita, lo realiza actualmente el Espíritu Santo en la Iglesia. El Templo actual es la "casa de Dios", el lugar de su presencia, donde podemos recibir y encontrar al Señor. Allí habita el Espíritu Santo, que la anima, la guía y la sostiene. Y nosotros somos el pueblo de Dios, la Iglesia.
El antiguo templo fue construido por las manos de los hombres, era una casa de Dios, que tenía un signo visible de su presencia en medio de su pueblo. Con la Encarnación del Hijo de Dios, se cumple la profecía de Natán (2 Sam. 7, 1-29): no es el rey no somos nosotros en darle "una casa a Dios", sino que es e lmismo Dios que "construye su casa", para venir a habitar en medio de nosotros.
Cristo es el templo viviente del Padre, y Cristo mismo edifica su "casa espiritual", la Iglesia. No hecha con piedras materiales, sino con "piedras vivas", que somos nosotros.
El Espíritu Santo nos diseña la variedad,que es la riqueza del Iglesia y une todo y a todos, a fin de construir un templo espiritual donde no ofrecemos sacrificios materiales, sino a nosotros mismos, ofrecemos nuestra vida.
Nadie es inútil en la Iglesia
Resumen catequesis Papa Francisco
26 Junio 2013
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