RESPETO
Respetar las opiniones
del otro es una de las mayores virtudes que un ser humano puede tener. Las
personas son diferentes, por lo tanto piensan y actúan de modo diferente. Para
una buena convivencia con todos necesitas comprensión: "comprender es una
palabra viva y la carne de esa palabra es amor”. Reflexiona, pues, con
amor y comprenderás mejor a los diferentes.
Un día que Voltaire,
pensador y filósofo francés, se paseaba por las calles de Londres, se vio de
pronto rodeado de varias personas que, al reconocerlo, comenzaron a vociferar:
— ¡Colgad a este francés! ¡Matadlo! Sin prestar atención a los insultos de ese
público hostil, Voltaire siguió caminando tranquilo, saludando ceremoniosamente
con ligeras inclinaciones de cabeza. Luego, encarándose con la muchedumbre,
exclamó en voz alta: — Vosotros me queréis matar porque soy francés; pero,
respondedme: ¿acaso no es castigo bastante grande no ser inglés? La multitud
aplaudió al astuto filósofo y lo acompañó hasta su domicilio entre vítores y
aclamaciones.
Las
piedras de los cerros caen al lecho de los torrentes y allí rozándose entre sí,
pulen sus aristas, se suavizan y se vuelven brillantes. La convivencia
cotidiana nos ayuda a madurar y pulirnos. Es un taller donde se forma la
personalidad y se arraigan virtudes fundamentales, como la paciencia, la
humildad y la bondad.
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