La difusión interna: balance ejercicios
Al finalizar este fin de
semana los ejercicios espirituales en El Verbo Divino de Dueñas nos reunimos los
asistentes con la intención de hacer una sentada y una posterior puesta en
común de la misma pero sucedió lo que suele pasar: que el Espíritu fue por otra
parte y preferimos hacer una reflexión conjunta, reflexión que se centró principalmente
en los propios asistentes.
Se debe señalar en primer
lugar que este año la presencia de “jóvenes” fue importante y que muy
probablemente por eso mismo el ambiente fue mucho más distendido, comunicativo y jovial. Las misas fueron una
maravilla gracias a Javier y con la ayuda de la música de Roberto. Javier
intentó al principio que hubiera más silencio, propio de los ejercicios
ignacianos, pero todos, él incluido, nos
fuimos convenciendo de que el mero silencio por sí mismo aísla y quizás todos
queríamos hacer unos ejercicios más en comunidad: el movimiento nos enseña a
hacer la sentada, rezar en pareja, participar nuestra camino de
espiritualidad, poner en común el
paso de Dios por nuestras vidas, debatir
el tema y en fin rezar juntos, así que no supimos hacer los ejercicios
individualmente.
Volviendo al encuentro
final, nos preguntamos que había supuesto en estos ejercicios la presencia de
los “jóvenes” de nuestro sector. Todos nos congratulamos ya que había
favorecido en gran medida esa comunicación, constitutivo esencial de la
difusión interna, y precursora de la difusión externa. Alguien recordó que no
era necesario hacer los ejercicios juntos y es verdad pero se perdería una de
las pocas oportunidades de vivir en común
la fe y el carisma y la de hacer una verdadera difusión interna.
La mayor asistencia de
jóvenes este año ¿a qué respondía? Se podía pensar que la presencia de Javier,
consiliario del equipo 11, podía ser la
causa (en el fondo todos sabíamos que así era) o, al menos en parte, por
pertenecer algún matrimonio al equipo de sector. Ambas razones no serían malas,
sino todo lo contrario: habríamos encontrado la piedra filosofal ¿serán dos soluciones
para el futuro? Evidentemente no, pero nos brindó la oportunidad de tratar el
tema y ver las causas y posibles soluciones para iniciar una nueva etapa en el
sector.
Hubo un diálogo muy
constructivo donde se plantearon las razones que habían llevado durante estos últimos
años a producirse esa brecha generacional. Se recordó que en el pasado también
habíamos sido jóvenes con hijos y que entonces había una importante asistencia
de niños (se nos olvidaba decir que este año no ha habido niños y que algunas
parejas tuvieron que irse el mismo sábado para atender a los suyos).
Se plantearon distintos
problemas: pocos niños que hacen inviable su presencia por la diversidad de
edades y el coste de la guardería, la molestia que supondría su presencia a los
adultos, etc. Los comentarios de todos fueron haciendo pequeños a estos problemas: se puede ir a un centro de
monjas que cuidan muy bien de los niños, los niños deben participar en lo
posible con los adultos para vivir la fe con ellos (la mejor catequesis), los
niños no nos molestan sino todo lo contrario, debemos conseguir que otros
matrimonios, con o sin niños, acudan con nosotros a estos encuentros, etc.
La experiencia vivida estos
días nos debe hacer reflexionar y comprender que no debemos dar marcha atrás en
ello. Si queremos dar vida al movimiento en otros matrimonios que lo necesitan
como nosotros hemos sentido y sentimos
que lo necesitamos, si queremos devolver lo que se nos ha dado gratis, es necesario
que hagamos un esfuerzo en esta dirección. Debemos, y en especial los jóvenes,
asumir la responsabilidad de la difusión en interno con la presencia activa y también
en externo. Una vez esto haya cuajado en nosotros, sí cabe ayudar al EDIP a
planificar acciones concretas.
Paco yMaru
Equipo 6
Valladolid
Y con esta difusión interna, la externa vendrá por añadidura, porque estamos convencidos que ser de Equipos es una gracia. H y MN
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