CAMBIAR
Con frecuencia Dios,
por sus profetas, invitó a Israel a revisar su estilo de vida para hacer los
necesarios reajustes que exigía la alianza solemnemente pactada. La Palabra de
Dios sigue invitándonos a cambiar para bien, y nos motiva con sabiduría a dar
pasos de crecimiento espiritual. Ábrete a su mensaje y aprovecha su fuerza
renovadora.
Si pudiéramos cambiar
la mentira por la verdad. El recibir por el dar. El odio por el perdón. La duda
por la fe. La envidia por la aceptación. La intolerancia por la paciencia. La
dureza por la flexibilidad. El miedo por el coraje. El abandonar por el
perseverar. Las palabras de más por la prudencia. La soberbia por la humildad.
La burla por la piedad. El conformarse por el progresar. El ocio por el
trabajo. Los sueños por su realización. La ambición desmedida por el honor. Si
pudiéramos cambiar esto, sentiríamos más cerca que nunca la presencia de Dios
en nuestro corazón.
“Si yo cambiara mi
manera de pensar hacia otros, me sentiría sereno. Si yo cambiara mi manera de
actuar ante los demás, los haría felices. Si yo aceptara a todos como
son, sufriría menos. Si yo me aceptara tal cual soy, quitándome mis defectos,
¡cuánto mejoraría mi hogar y mi entorno! Si yo cambiara... ¡cambiaría el
mundo!”. Anímate a dar pasos positivos.
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