LA SOCIEDAD "LÍQUIDA"
Según el analista. sociólogo y filósofo judío polaco, Zygmunt Bauman, actualmente vivimos en la denominada SOCIEDAD LÍQUIDA. Es lo que este hombre define como consecuencia del cambio continuo, desgarro, fragilidad, indecisión, versatilidad, inconclusión y movilidad del hombre actual. Es como el magma de un volcán, que se trueca en negra ceniza y, luego, en dura roca, como el basalto. Esta es nuestra sociedad actual: móvil, dubitativa, relativista, frágil, inestable e individualista.
Para los que mandan es cuestión de producir y consumir. Estamos enfrascados en un imperialismo comercial de monopolios y multinacionales. En la tentativa de buscar salida a esta situación, Bauman aboga por el logro de la identidad personal, la libertad, la autonomía y el pensamiento crítico. Libertad, autonomía y responsabilidad son botones de oro para forjar una personalidad de calado, también en esta modernidad. Hay un "cinturón de valores y verdades", según KHUN que nunca pierden actualidad. El espíritu crítico y autónomo, junto con el pensamiento profundo, desharán ese magma líquido social que nos contamina. Parece tarea fácil, pero los recovecos y trapacerías de la actual sociedad ponen grandes frenos a la propia autorrealización. La libertad, como constructo sociológico, es una facultad que, básicamente, nos relaciona con nosotros mismos. Descubre nuestros vicios y nuestras capacidades positivas y nos impele a su explotación. La autonomía, por su parte, nos hace independientes de un poder o control exterior. La responsabilidad es la respuesta que damos, en la existencia, a las oportunidades de desarrollo que nos depara nuestra vida.
Los tres últimos siglos, tras destronar a las religiones, como plataforma de cultura, según el filósofo Finkielkraut, Europa comienza el proceso de secularización. La cultura pasa a manos seculares. Se ha producido una gran riqueza cultural técnica, científica, artística y nuevas ventanas de conocimiento. Pasividad y consumismo sustituyen al ejercicio de la libertad, autonomía y responsabilidad personales. Como indica E. Cioran: "se va la deriva y solo cuando uno se hunde, se confiesa residuo desechable... demasiado tarde para naufragar de propio agrado".
Las tentaciones que hoy ofrece el consumo -sobre todo tecnológico- anestesia nuestra capacidad reflexiva y creativa. Pero hay filones de aprendizaje en este maraña en la que nos vemos envueltos, para que brille con luz potente la reflexión seria, la autonomía y la creatividad eficiente.
Ideas del psicólogo
Jesús Mª Iriarte Zabalo
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