EL MATEMÁTICO Y DIOS
Blaise Pascal, gran matemático francés, discutía con un ateo sobre la existencia de Dios:
- Lleguemos a un acuerdo-le decía- Yo no puedo probar en un laboratorio la existencia de Dios, pero usted tampoco puede probar lo contrario. Tomamos una postura u otra según las evidencias. Estudiemos las posibilidades: "Dios existe" o "Dios no existe". Yo le doy a usted la posibilidad de tener un 50% de posibilidades de tener razón y me concede el otro 50% de posibilidades de que la tenga yo. ¿Cuál nos ofrece mayores garantías de acertar? Después de una vida más o menos prolongada ambos morimos y somos enterrados en el mismo cementerio.
Supongamos que el día de la resurrección se descubre que Dios es real. Yo he ganado y usted ha perdido nada menos que la eternidad feliz. Supongamos que no hay resurrección y Dios no existe, usted ha ganado, pero no nos sirve de nada, porque nos espera la nada: en esta opción usted también ha perdido y yo no he perdido nada. Por este sencillo cálculo de posibilidades, si apuestas por Dios lo ganas todo y si apuestas por la no existencia de Dios no ganas nada. ¡Dios existe! No sólo es una posibilidad matemática, sino una vivencia que hace feliz a quién la tiene-.
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