SI YO...
En tu vida, como en la
de cualquier persona, hay días decisivos en los que ves abrirse ante ti un
horizonte nuevo donde vislumbras más paz y felicidad. Es el momento de
discernir con sabiduría y hacer una buena opción. Pide iluminación al Señor
para no dejar pasar en vano su gracia, si es él quien golpea la puerta de tu
corazón. Te ofrezco una reflexión movilizadora.
Si yo cambiara mi
manera de actuar ante los demás..., tendría más amigos. Si yo aceptara a todos
corno son...., sufriría menos. Si yo comprendiera que todos cometemos
errores..., sería más humilde. Si yo procurara siempre el bienestar de los
otros..., sería más feliz. Si yo tuviera más en cuenta mis defectos..., sería
más comprensivo. Si yo confiara más en Dios y fuera menos autosuficiente...,
aprendería a vivir. Tú no puedes cambiar el mundo..., ¡pero sí puedes cambiarte
a ti mismo!
El buen marino de un
barco de velas, está siempre atento y obra con habilidad cuando percibe que se
levanta una brisa, aunque muy suave. Tú también permanece alerta y cuando surja
en tu interior un impulso a la buena acción, por pequeño que sea, despliega al
punto tus velas y obra decididamente. Como decía san Agustín: “La gracia pasa y
no vuelve”.
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