EL LORO Y EL HORNERO
Cuando comienzan las
dificultades y reveses en tu vida, no pierdas el ánimo, porque hay dentro de ti
fuerzas insospechadas. Entre todas sobresale una que debes valorar, entrenar y
servirte de ella: la voluntad. El éxito comienza siempre con una voluntad
decidida a permanecer firme en desalojar los defectos y mejorar los buenos
hábitos.
Un loro, iba por todas
partes, diciendo que su nido estaba deshecho sin compostura, y tan sucio que ya
no se podía vivir en él. El hornero, extrañaba que pudiera uno hablar tan mal
de su propio nido; y un día, le preguntó al loro por qué no trataba de componer
el suyo. —Si no tiene más remedio, amigo –le contestó el loro–; los loros somos
así; luego de hacer algo, lo destruimos; nuestra raza es una raza ruin. —Haces
mal, loro, en hablar así de tu hogar y de los tuyos –le dijo el hornero–; sería
mejor, no ensuciar, ni destruir tu nido; pero todo mal tiene compostura, menos
para el que se figura que no la tiene. Daireaux
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