UNA PALABRA MÁGICA
“Me
preguntas qué es la Madre. Junta el perfume de todas las flores y el arrullo de
todas las montañas y la inquietud de todos los ríos; la frescura de todos los
valles y la mirada de todas las estrellas; la caricia de todas las brisas y el
beso de todos los labios. Todo guardado por Dios en un corazón de mujer. Eso es
una madre”. (Mons. Antonio María Barbieri).
Cuenta
una leyenda que el que acertara decir la palabra mágica, haría reír a la Esfinge
del desierto, junto a las pirámides de Egipto, y sería inmensamente rico. Como
es de suponer, lo intentaban todos, no lo conseguía nadie. Una noche, unos
gitanos dormían bajo las mil estrellas de la noche africana. Habían fracasado
en su intento de hacer reír a la Esfinge, pronunciando las más bellas palabras.
Inútilmente. Una gitana dormía con su hijito junto a la misma Esfinge. Desde el
río Nilo soplaba una brisa fresca. El pequeño tenía frío. Y buscando el abrigo
del seno materno dijo: ¡"Madre, madre... tengo frío! Sus palabras fueron
cortadas por un ruido estruendoso. La Esfinge había reído y de su boca dejaba
escapar un caudal de monedas de oro. El pequeño había acertado con la palabra
mágica: ¡Madre!
“La
Madre es esa mujer que, mientras vive, no sabemos estimar porque a su lado
todos los dolores se olvidan; pero, después de muerta daríamos todo lo que
somos y todo lo que tenemos por mirarla de nuevo un sólo instante, por recibir
de ella un solo abrazo, por escuchar un solo acento de sus labios”. (Mons.
Ramón Jara). Comparte con tu madre hoy alguno de estos pensamientos.
Qué bello, lo comparto, la palabra clave "madre". Dios es madre.
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