GAUDETE
“Estad
siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres; el Señor está
cerca”  Con estas palabras del apóstol Pablo, la
Liturgia nos invita a la alegría. Es el  tercer domingo de Adviento,
llamado por este motivo domingo “Gaudete”. El Adviento es tiempo de alegría,
pues permite revivir la espera del  acontecimiento más alegre de la historia:
el nacimiento del Hijo de Dios de la  Virgen María.  Saber que Dios
no está lejos, sino cercano; que no es indiferente, sino  compasivo; que
no es ajeno, sino un Padre misericordioso que nos sigue con cariño  en el
respeto de nuestra libertad: este es motivo de una alegría profunda que
las  cambiantes vicisitudes cotidianas no pueden
arañar.      
Una
característica inconfundible de la alegría cristiana es que puede convivir
con  el sufrimiento, pues se basa totalmente en el amor. De hecho, el Señor
que “está  cerca” de nosotros, hasta el punto de hacerse hombre, viene a
infundirnos su  alegría, la alegría de amar. Sólo así se comprende la
serena dicha de los mártires  incluso en medio de las pruebas, o la
sonrisa de los santos de la caridad ante quien  está en el dolor: una
sonrisa que no ofende, sino que consuela. “Alégrate, llena de  gracia, el
Señor está contigo” (Lucas 1, 28). El anuncio del Ángel a María es una  invitación a la
alegría. Pidamos a la Virgen Santa el don de la alegría cristiana.

 
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