NUESTRA SEÑORA DE LOURDES
DÍA DEL ENFERMO
La advocación a Nuestra Señora de Lourdes hace referencia a las 18 apariciones de la Virgen María a Bernadette Soubirous en la gruta de Massabielle, a orillas del río Gave en las afueras de la población de Lourdes, en 1858.
Desde los inicios y en vida de la propia Bernadette, multitud de católicos creyeron en las apariciones de la Virgen como vehículo de la Gracia de Dios y el Papa Pío IX autorizó al obispo local que permitiera la veneración de la Virgen María en Lourdes en 1862.
No es fácil hablar de Lourdes, hay que ir y ver. Estar atento a lo que nos rodea y abrirse al Espíritu. Al lado de la gruta, en Massabielle, junto al río, está la gruta de la Inmaculada, la de los milagros, la de los exvotos y especialmente la gruta de la Gracia divina.
Ante todo se olvida, todo desaparece. Sobre el fondo de aquellas rocas ennegrecidas por el humo de centenares de velas, destaca la imagen la Inmaculada. En el ambiente se siente y se palpa la religiosidad de todos los hombres y mujeres venidos de todas las partes del planeta. Aproximadamente 8.000.000 se personas peregrinan allí todos los años.
A Lourdes se va, como en la vida cristiana, con esperanza: una esperanza que no defrauda. Tanto los enfermos como los sanos, quedan siempre reconfortados en su fe y en su esperanza tras una peregrinación al santuario.
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