CUIDAR LA RELACIÓN EN EL MATRIMONIO
Piero Ferraci, en su libro "Nuestros maestros los niños", dice lo siguiente: "Ha hecho falta tiempo, pero al final me he dado cuenta: la relación con mis hijos pasa a través de la relación con mi esposa. No puedo tener con ellos una buena relación si mis relaciones con ella no son buenas"
La conclusión parece clara: si quieres ser un buen padre, sé un gran marido. Esto que parece simple en la práctica no lo es. ¿Porqué? Ferraci da la respuesta con gran humildad: "A veces he olvidado esta realidad. Confiado, he ido descuidando los detalles dado que nuestra relación iba aparentemente bien. Así, la he dejado abandonada a su propia suerte y pronto he experimentado cómo parecen los disgustos, las recriminaciones, los silencios, etc ..."
Hay que tener mucho cuidado con la rutina en la relación de pareja y hay que proponer una terapia para plantearse sorprender.a nuestra pareja como en la época de noviazgo y lograr con ello que la relación cobre un nuevo rumbo, porque la rutina puede fácilmente matar el amor.
Hay múltiples formas de sorprender a nuestro cónyuge:
- Dejar lo que se está haciendo y mirarnos a los ojos mientras nos hablamos. Esto transmite ilusión en la relación.
- Esforzarse por corregir cada uno su temperamento con el fin de evitar malos modos. Y si hay motivo, saber pedir perdón y perdonar.
- Salir a cenar juntos o tomar un café con frecuencia, para hablar de "nosotros". Esto significa mucho. Es decirle, "qué bien estoy contigo".
- Utilizar la delicadeza y la educación y evitar caer en el pesimismo o el victimismo porque son dos virus que minan el amor.
- Recordar las fechas importantes, para celebrarlas juntos con la familia.
- Sorprenderse con pequeños detalles inesperados: un regalo, una cena, frases de cariño, unas flores, "prepara el café como sabes que le gusta"...
Y tener muy presente que el matrimonio no "es un cajón de sastre" donde cabe cualquier relación afectiva. Hace falta estar preparado/da humanamente y no olvidar que el amor está en lo pequeño. No esperar momentos heroicos para demostrarlo, lo normal es que no lleguen. Y si lo hacen nunca se está suficientemente preparado.
Artículo de Mikel Pando
Revista el Pan de los Pobres
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