OPTIMISMO
Ten ojos para lo positivo, no te detengas únicamente
en lo negativo. Elimina el pesimismo y el derrotismo, considerando los aspectos
positivos de la realidad. Si te acostumbras a ver siempre el lado
positivo de las cosas, en las dificultades, te superarás con más facilidad; si
te enfermas, sabrás luchar con fe; y si cometes algún error te sobrepondrás con
decidida voluntad.
Hay más cosas buenas de las que tú crees; quizá no las
sabes descubrir. No te dejes engañar por la propaganda ni por el ruido, pues,
si el ruido hace mucho daño y poco bien, el bien hace mucho provecho y poco
ruido. El acto criminal, será publicado como noticia, el acto de virtud no será
ni mencionado ni valorado, porque se lo desconoce. Ese cartero que soporta el
calor y el cansancio al recorrer las calles, la telefonista que atiende con
eficiencia los llamados, el colectivo amable y paciente con los pasajeros, la
madre que atiende a su niño enfermo, el padre que desgasta sus fuerzas por los
suyos; esos y miles más, están haciendo actos buenos pero nadie se fija en
ellos. Es preciso mirarlos, descubrirlos, valorarlos.
Las tareas sencillas y cotidianas son realmente
responsabilidades simples; pero, ser fieles al quehacer de cada día es algo
importante. La felicidad humana generalmente no se logra con acciones de
especial relevancia, que pueden acontecer muy raras veces, sino en ese sencillo
deber que realizas todos los días con mucho amor. Valorízalo en ti y en los
demás.
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