SABIDURÍA INDÍGENA
El filósofo Platón comparaba nuestra vida con un
carruaje tirado por dos corceles: uno dócil y brioso, otro rebelde y perezoso.
Para que el carro avance el conductor necesita armonizar esas fuerzas
contrarias. San Pablo confiesa esa lucha en su propia vida: la carne que quiere
avasallar al espíritu. Un cacique iroqués te expone su experiencia con una
sugestiva parábola.
El viejo cacique de la tribu charlaba junto al fuego
con sus nietos acerca de la vida, y en ese momento les dijo:
— ¡Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí!... ¡es
entre dos lobos! Uno de los lobos es maldad, cobardía, ira, envidia, rencor,
avaricia, falsedad, orgullo, vagancia. El otro es bondad, valor, paciencia,
amistad, perdón, generosidad, sinceridad, humildad, laboriosidad. Esta misma
pelea está ocurriendo dentro de cada uno de ustedes y dentro de todos los
hombres de la tierra.
Los indiecitos se quedaron pensando por un rato, hasta
que uno de los niños le preguntó a su abuelo:
— ¿Y cuál de los lobos crees que ganará?
El viejo cacique respondió simplemente:
—El que alimentes más, muchacho.
Excelente respuesta: ¡No hay que alimentar los vicios!
De este modo nuestras malas inclinaciones no tomarán fuerza en nosotros. Y así
será si nunca mentimos, nunca criticamos, nunca nos quedamos con algo del
prójimo, etc., sencillamente no sabemos hacerlo porque no tenemos el mal hábito
de hacerlo; pero, estemos alerta para no comenzar.
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