EL LIBRO
Muchos necesitan gran cantidad de libros para sacar
algunas enseñanzas. Pero en realidad basta el Santo Evangelio y la vida que
vivimos, para llegar a sabias reflexiones.
Debemos aprender a leer en el libro estupendo de
nuestra vida, pues todo lo que nos fue sucediendo en la vida ha sido
delicadamente preparado por Dios, y también por la Virgen, para que nos hagamos
adultos en el conocimiento de la Verdad, y sabios según la Sabiduría de Dios.
Hagamos el propósito de leer cada día unas páginas del
Evangelio, ya que esta práctica nos llevará muy pronto a ver la vida y los
aconteceres de nuestra vida y la de los demás, según la óptica de Dios, y
seremos sabios.
Como Dios es simple, Él ha querido también que su
doctrina fuera simple, para que todos la entiendan. E incluso la entienden
mejor los sencillos, que aquellos que están repletos de saberes humanos y de
ciencia, que no alimenta sino que hincha y ensoberbece.
Sería muy conveniente que nos aprendamos el Evangelio,
al menos varios pasajes de los que más nos muevan, de memoria, para tenerlos
siempre a flor de labios y, sobre todo, para iluminar con ellos nuestro
entendimiento, y por qué no, también para taparle la boca al demonio cuando nos
tienta, ya que el diablo no soporta la Palabra de Dios, y ante ella huye
despavorido.
El tiempo de que disponemos en este mundo no es mucho.
Sería una verdadera lástima que lo desperdiciemos leyendo libros que no sacian.
Entonces leamos más el Evangelio y veremos muy pronto los sabrosos frutos de
esta santa costumbre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario