ENTUSIASMO
“Los entusiastas son los triunfadores. Ellos tienen
fortaleza, tienen tenacidad. El entusiasmo es la base de todo progreso. Sin él,
todo son excusas”. El entusiasta tiene una gran confianza en Dios, que es
también sana confianza en sí mismo, en los demás y en la vida. Sentimiento
poderoso que disipa los fantasmas nefastos de los temores.
Aunque no escribas libros, eres el escritor de tu
propia vida. Aunque no seas Miguel Ángel, puedes hacer de tu vida una obra
maestra. Aunque no entiendas de cine, ni de cámaras, tu existencia puede
transformarse en un film primoroso, con Dios de productor. Aunque no tengas
gran cultura, puedes cultivar la sabiduría de la caridad. Aunque tu trabajo sea
humilde, puedes convertir tu día en oración. Aunque tengas sesenta o setenta
años, puedes seguir siendo joven de espíritu. Aunque lágrimas amargas recorran
tu rostro, tienes un corazón para amar. Aunque no lo comprendas, en el cielo
tienes reservado un lugar. Todo depende de tu confianza en Dios, y de tu empeño
en ser digno hijo suyo.
En la Biblia encontrarás pensamientos capaces de
levantar el ánimo por más decaído que estés. En Isaías (43) el Señor te dice:
“Tú eres de gran precio ante mis ojos, porque eres valioso y yo te amo. No
tengas miedo, yo estoy contigo”. Aunque tu autoestima esté muy baja, esta
declaración de Dios es poderosa para ponerte de pie.
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