ARMONÍA
En cierta ocasión un cazador de bestias feroces, yendo
por el desierto, vio al abad san Antonio que bromeaba con los hermanos y se
escandalizó de ello. Pero el anciano, queriendo hacerle comprender que conviene
ser condescendiente en alguna ocasión con los hermanos, le dice: “Pon una
flecha en tu arco y ténsalo”. Y lo hizo. Le dice luego: “Ténsalo más”. Y lo
hizo. Le dijo una vez más: ”Ténsalo”. El cazador le dijo: “Si lo tenso más se
va a romper”. Le respondió el anciano: “Así sucede también con las obras de
Dios: si con los hermanos tensamos el arco de manera excesiva, enseguida se
rompen. Por eso es necesario ser condescendiente en ocasiones”. Al oír esto, el
cazador se sintió presa de arrepentimiento y se marchó muy edificado con ello.
Lo que hizo san Antonio con sus monjes, tú lo tienes
que hacer contigo. Sé prudente en armonizar el trabajo con el descanso, la vida
de estudio y reflexión con la vida social, el cuidado del cuerpo y el del
espíritu. Los autores clásicos tenían un proverbio muy sabio: “Nada en exceso”.
Ojalá que sepamos organizar nuestro día con sabiduría y prudencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario