AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
Divino pan que das eterna vida
a aquel que dignamente
dispuesto, como debe, te recibe;
dulcísima comida
para la pobre gente
que en la miseria de este mundo vive.
¡Dichoso el que a comerte se apercibe!
Otro cualquier manjar el cuerpo ofende,
mas este pan divino
la vida de las almas perfecciona,
el morir no defiende
que da el fatal destino:
mas después asegura la corona
que el Apóstol predica y Cristo abona.
Suerte dichosa y bienaventurada
que por modo no visto,
ni de ángel ni de hombre imaginado,
quede el alma endiosada
y viva en ella Cristo,
que da el ser y vida a lo criado,
dándosela a comer en un bocado.
Cristo de nuestras almas se apacienta
en tan alto convite,
y nosotros a Cristo apacentamos,
y el alma se sustenta
dél, sin que se le quite
nada, por muchas veces que comamos,
porque es Dios infinito el que gustamos.
Miguel de Cervantes Saavedra
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