TRAS MI VENTANA
La sombra se ha puesto un traje
de azul cobalto y de viento,
de viento sonando a luces:
rostros tras vidrios abiertos.
La luna de puro blanca
se quedó sola en el cielo
y se rompió en la campiña
en trozos de leche y miedo.
Hay un aroma cortante
con sabor a pino y cedro,
hay una pena temblando
entre los pliegues del tiempo.
Los hombres se habrán dormido,
rotos los gastados miembros,
acurrucando esperanzas
o mascullando deseos.
El rechinar de los grillos
y ese murmullo tan quieto
de la noche se deslizan
con el latir del destierro.
Yo me he quedado contigo,
velando tus sentimientos.
Pedro Miguel Lamet.
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