TU PALABRA NO PASARÁ
Pasan los días y los años.
Se enreda la historia y se llena
de nombres, de rostros, de gestos.
Se suceden los llantos y las risas.
Se arrugan los rostros y las manos.
Se llena de nieve el cabello.
Hay heridas que al fin cicatrizan.
Pasan palabras que se olvidan,
canciones que mueren,
versos que nadie recita más.
Pasa la vida, solo una.
Pero tu palabra permanece.
Permanece el amor con fuerza
poderosa. Permanece cada caricia
que humaniza el mundo,
cada acto de perdón
y cada fiesta sin excluidos.
Permanece la bienaventuranza
como una forma de ser,
y el prójimo, y el abrazo
al hijo pródigo que regresa.
Tu palabra no pasa. Nunca.
José Mª Rodríguez Olaizola, SJ.
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