TALENTOS Y FORTALEZAS
Hay una realidad indiscutible, normal y prevista por Dios con un designio de amor: los talentos, nuestros talentos individuales, han sido repartidos de forma desigual. Debemos pensar que lo ha hecho con el fin de crecer en el amor y el servicio complementándonos, ayudándonos, intercambiando los dones, integrándonos en la gran familia humana.
Para demostrarlo pongamos atención a esta fábula de Esopo:
Estaban un gallo y un asno en un pastizal cuando llegó un hambriento león. Iba a tirarse encima del asno, cuando el gallo,. cuyo cantar se dice aterroriza a los leones, chilló fuertemente, haciendo salir corriendo al león tan rápido como pudo. El asno impresionado pro el impacto del grito del gallo, se llenó de coraje para atacar al león y corrió tras él con este propósito. No había recorrido gran trecho cuando el león se volvió, lo atrapó y lo destrozó..
Es bueno reconocer las fortalezas y ventajas de uno mismo y de los demás para servirnos de los dones adecuadamente, sin pretender destacarnos en toda habilidad y destreza. Nuestros límites son fronteras infranqueables, el problema es que a menudo los desconocemos.
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