UN SÍ A LA VIDA
Un cristiano tiene el deber de ser alegre.
La alegría no se impone, brota espontánea cuando se lucha por algo que vale la pena.
La auténtica alegría se incrementa con:
- La amistad sincera
- La comprensión benévola
- El deber cumplido
- El servicio a los demás
- La contemplación de las bellezas naturales...
La alegría vuelve fácil las cosas difíciles.
" ALEGRÍA Y AMOR
son las dos alas para volar hacia las grandes empresas"
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