A ORAR
La oración nos vincula
con Dios. En oración, creamos un espacio sagrado en el cual comulgamos con Dios. Observemos en el siguiente proceso de oración de cinco pasos para profundizar nuestro
vínculo con Dios y aumentar nuestra conciencia de Dios en nosotros:
1. Descansa
Aparta tiempo cada día
para la oración. Comienza tu tiempo de silencio relajando cada parte de tu
cuerpo y abriendo tu mente a la conciencia divina. Respira profundamente,
consciente de que estás en la presencia de Dios y que ésta Presencia está en
ti. Deja ir tus preocupaciones y reconoce que todo está bien.
2. Concéntrate
Al cerrar los ojos y
dejar ir cualquier pensamiento del mundo a tu alrededor, comienza a pensar en
Dios… acerca de Su presencia en tu vida. Enfoca tu mente en un pensamiento, una
idea o una escritura que resuene contigo. Repite esta idea una y otra vez, bien
sea en silencio o en voz alta, hasta que se convierta en tu único pensamiento.
3. Medita
Permite que esta
concentración mental te lleve a una conciencia más profunda de Dios. “Estad
quietos y conoced que yo soy Dios”. Permanece quieto a medida que te vinculas
con esta presencia divina en ti.
4. Reconoce
Desde lo más profundo
de tu ser, reconoce que eres uno con Dios. Esta certeza, esta comprensión
que sientes en la presencia sagrada de Dios es una “comunión silenciosa del
alma”. En este estado receptivo de mente y corazón, presta atención a la
inspiración divina, las respuestas a tus oraciones.
5. Da gracias
Permite que la
gratitud sea la respuesta gozosa de tu corazón a esta experiencia de comunión con
Dios y con Su bondad infinita. Da gracias por las bendiciones en camino, listo
para recibir tu bien.
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