LA IGLESIA ACOGEDORA
Durante un encuentro
con los sacerdotes de Roma en la basílica de San Gionvanni en Laterano, el
papa Francisco se comprometió a analizar la situación de los divorciados y las
parejas no casadas para que puedan practicar el catolicismo.
El sumo Pontífice
instó a la Iglesia a buscar "otra vía, dentro de la justicia" para
las "segundas nupcias", al referirse a los divorciados que se vuelven
a casar, y no pueden acceder al sacramento de la comunión.
El papa argentino
también recomendó que las parroquias deben ser siempre "abiertas y
acogedoras", mientras que es importante buscar "formas nuevas y adecuadas
para las personas a las que se dirige" el mensaje pastoral.
En ese sentido,
Francisco pidió dar una "cálida bienvenida" porque "los fieles
deben sentirse como en casa". "Una bienvenida que debe aplicarse
también a las parejas de hecho, ante quienes, sin embargo, será ejercida en la
verdad", expuso.
El Papa afirmó que
"el problema no se puede reducir a si pueden tomar la comunión o no, ya
que si se pone el debate en esos términos, no se entiende lo que es el problema
real".
No obstante, el Pontífice
reiteró que se trata de "un problema grave" y que existe "la
responsabilidad de la Iglesia hacia las familias que viven esta situación".
"La Iglesia en
este momento tiene que hacer algo para resolver los problemas de la nulidad
matrimonial", agregó.
Además, el Papa
adelantó que el Sínodo de Obispos, en el que hablará con ocho cardenales entre
el 1 y el 3 de octubre próximo, abordará la cuestión de la nulidad matrimonial
y la situación de los divorciados que se acercan a la Iglesia.
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