LA CRÍTICA
Hay personas que
conocen el secreto arte de transformar su debilidad en fortaleza. Los límites
reales que tuvieron en la vida los impulsaron de tal modo que se distinguieron
entre sus iguales. Supieron hacer de un obstáculo un punto de apoyo para
lanzarse adelante con más fuerza que el común de la gente. Hubo un rabino que
hizo de las críticas peldaños de crecimiento.
En aquel pueblo todos
admiraban al rabino, menos Isaac, que no perdía oportunidad de contradecirlo y
señalarle cualquier defecto en sus lecciones. Esta actitud indignaba a la
gente, pero no podían hacer nada. Un día Isaac se murió. Durante el entierro,
la comunidad notó que el rabino estaba muy triste.
—¿Por qué tanta
tristeza?, le preguntó uno. —¡Él vivía señalando defectos en todo lo que usted
decía!
—No me lamento por mi
amigo, que hoy está en el cielo — respondió el rabino. —Me lamento por mí
mismo. Mientras que todos me alababan, él me criticaba, y yo me sentía obligado
a mejorar. Ahora que murió, ¿quién me ayudará a crecer?
Aprender de los
errores, aprovechar sabiamente las críticas, persistir a pesar de las
dificultades, son otros tantos desafíos a superar la mediocridad y el
estancamiento. Que no dramatices los problemas, porque normalmente son fantasmas
de la imaginación que racionaliza nuestras cobardías para no salir de la fácil
rutina. ¡Ánimo, sé valiente y confía en el Señor!
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