LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO
La ilusión de hacernos
ricos por un golpe de fortuna, la tenemos todos alguna vez. Pero esta ambición desmedida
es engañosa. Nos saca de la realidad, al olvidar el valor del trabajo y de la
paciencia, mientras nos enreda en imágenes fantasiosas generadas por la
codicia. Esopo, fabulista griego (s. VII a. Cr.), lo ilustra muy
bien con esta narración.
Un granjero y su
esposa tenían una gallina que ponía un huevo de oro cada día. Pensaron que la
gallina debía tener un gran lingote de oro en su interior, y para tratar de
conseguirlo de una sola vez, la mataron. Sin embargo, para desdicha suya,
encontraron que la gallina no se diferenciaba en nada de las otras gallinas. El
par de ingenuos, esperando llegar a ser ricos de una sola vez, se
privaron en adelante del buen ingreso que tenían asegurado día tras día.
El
trabajo honrado y responsable nos libera del aburrimiento, de entregarnos a los
vicios, y nos proporciona los recursos para remediar nuestras necesidades
fundamentales. Es una bendición de Dios. Trabaja con gusto y acabarás sintiendo
gusto por el trabajo. “El que no quiera trabajar, que no coma”, escribió san
Pablo a los de Tesalónica.
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