EL ÉXITO
Una característica de
las personas que han triunfado en la vida es su capacidad de ser realistas y
concretos. Han tenido sueños que los han impulsado a trabajar y luchar, pero
han comenzado desde lo que tenían a la mano, de lo posible y cotidiano. Fíjate
metas posibles. Lo posible es fácil y simple. Crece con lentitud, pero avanza
con seguridad.
El éxito no es una
casualidad, sino la recompensa para quien lo buscó y luchó por él: Para quien
al caer supo levantarse. Para quien necesitó ayuda, y supo pedirla. Para quien,
cuando se sintió solo, buscó compañía. Para quien, cuando tuvo dudas, buscó un
consejero. Para quien, antes de buscar ser entendido, se propuso entender a los
otros. Para quien estuvo dispuesto a empezar en cualquier momento. Para quien
comprendió que el amor es la fiel recompensa de amar.
En la base de los
verdaderos triunfos está siempre una voluntad indomable. El pensador romano,
Séneca, observó con acierto: “Los caracteres de recio temple hallan un gozo
especial en las adversidades, lo mismo que el soldado intrépido en los más
duros combates”. Que el Señor te ayude a desarrollar un temple de acero para
ver en los obstáculos un punto de apoyo para lanzarte con más ímpetu hacia tus
metas, y triunfar.
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