CÓDIGO DE CIRCULACIÓN CATÓLICO (I)
En la vida siempre hay un peligro indefinido. Estate atento y no confundas
nunca el bien... con el mal.
Deja que en tu camino se incorporen algunas personas. Serás más feliz y nunca te sentirás sólo.
Déjate guiar por la técnica que hace más seguro tu camino. Pero no concluyas que todo lo que nos ofrece la ciencia es ético ni bueno.
No te dé pena dar las vueltas que sean necesarias para defender la verdad. Recuerda que es la persistencia del agua la que rompe la roca.
Levanta las barreras de tu orgullo y de tus falsas seguridades. Nadie es
dueño absoluto de la verdad sino Dios.
No eches humo ni te enfades cuando las cosas no te vayan bien. Piensa que después de la noche... viene el día. El “día siguiente” es un buen remedio para los fracasos momentáneos.
Sueña con alcanzar los más altos ideales. Nunca te des
por vencido cuando se trate de escalar hacia aquellos valores que merecen la
pena.
No te salgas del camino trazado por la justicia y la solidaridad. No hay peor cosa que aquellos que comienzan algo y, por la presión del entorno, no lo llevan a cabo.
No te hundas cuando la vida se te haga cuesta arriba o cuesta abajo. Es cuestión de poner el freno de la paciencia y la vitamina de la audacia.
En tiempos de estrecheces no desesperes. Piensa que no hay mal que cien años dure y, además, Dios aprieta... pero no ahoga.
Vete con precaución por la vida. En
cualquier momento una persona puede cambiar el rumbo de tu felicidad. Recuerda
que hay mucho lobo en piel de cordero.
Nunca dejes de ser “un poco niño”. Verás que siempre queda algo por aprender, algo por escuchar y algo por lo que soñar. No te importe ser el último en las cosas del mundo... y el primero a la hora de servir.
Piensa que, antes que nada, eres persona. No blasfemes ni tengas comportamientos propios de otra especie. No vence quien grita sino quien convence con su testimonio y comportamiento.
Cuida tu alimentación. De vez en cuando procura comer algo que te llene el corazón y la mente de paz y de felicidad. Además de no pesar....ayuda y anima. No es más rico quien más tiene sino quien menos necesita para ser feliz.
En tus criterios e ideas, a la hora de defenderlas, sé constante y guarda las distancias necesarias con aquella que pretende aniquilarlos.
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