GESTO AMOROSO
Durante su visita a Estados Unidos, cada vez que el Papa Francisco entraba en una iglesia, antes de hacer cualquier otra cosa, depositaba un ramo de flores a los pies de María, en la capilla lateral dedicada a la Virgen. Y se quedaba ahí a contemplar silenciosamente su imagen. Hizo eso en cada iglesia en la cual entró.
Aún después de su viaje de nueve días y una larga noche en el avión cuando regresaba de Roma, mientras los periodistas que lo acompañaban a bordo pensaban sólo en llegar a casa, el Papa Francisco se dirigió directamente a la Basílica de Santa María Mayor para agradecer a la Virgen su viaje ofreciéndole un ramo de flores.
Convertida recientemente al catolicismo, este gesto me dejó perpleja No comprendía bien la costumbre de ofrecer regalos materiales a una representación artística de la Virgen Decidí visitar a María. Esperando no ver otra cosa que un trozo de yeso blanco, cuál sería mi sorpresa al ver su mirada fija sobre mí, con una expresión maternal amorosa, y su mano libre abierta como si me invitase. Las flores son un recuerdo físico, un símbolo de la realidad espiritual de nuestra relación con María.
Zelda Caldwell
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