SONRISA
¿Qué
puedes hacer para mantener el nivel de tu alegría? Empieza por pedirla:
“Derrama, Señor, sobre mí tu Espíritu para que me sienta inundado de gozo y
alegría espiritual”. Luego defiéndela: vigila para que la tristeza no se
infiltre poco a poco en tu corazón. Además, cultívala: por ejemplo, llevando
alegría a los otros, contándoles una anécdota graciosa, etc. Leer un texto
motivador, como el que sigue, puede también ayudarte mucho.
La
sonrisa es contagiosa; se te pega como la gripe. Hoy alguien me sonrió y yo
comencé a sonreír también. Crucé la esquina y alguien me vio sonriendo. Cuando
él me sonrió me di cuenta que se la había comunicado yo a él. Pensé sobre esa
sonrisa y descubrí su gran valor.
Una
sola sonrisa como la que tuve podría viajar alrededor del mundo. Así que si
sientes a una sonrisa deslizarse por tu cara, no la dejes sin hacerla detectar
de alguien más. Rápidamente iniciemos esta epidemia e infectemos al mundo.
Comuniquemos esta sonrisa, sonriamos a un amigo. ¡Todos necesitamos una sonrisa!
Defiende
y cultiva la alegría. El sentido del humor te ayudará a encarar las situaciones
estresantes de la vida. Ríe, y tus cargas serán aliviadas. Ríe, y tu vida se
alargará. Ríe cuando más lo necesites. Si eres capaz de reírte de una
situación, por más dolorosa que sea, podrás superarla. Que sepas fomentar hoy
tu capacidad de alegría.
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