ENSEÑAR A AMAR
La Madre Teresa de Calcuta contó en más de una ocasión la siguiente anécdota:
"En una ocasión, en Calcuta, no teníamos azúcar para nuestros niños. Sin saber cómo, un niño de 4 años había oído decir que la Madre Teresa se había quedado sin azúcar. Se fue a su casa y les dijo a sus padres que no tomaría azúcar durante tres días para dárselo a la Madre Teresa. Sus padres lo trajeron a nuestra casa: entre sus manitas traía una pequeña botella de azúcar, lo que no había tomado.
Aquel pequeño me enseñó a amar. Lo más importante no es lo que damos sino el amor que ponemos al dar".
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