NO DECIR NUNCA...
Es maravilloso el número de cosas imposibles que la
gente entusiasta y decidida logra realizar. “El entusiasmo es el brillo
en nuestros ojos, la vivacidad en nuestro andar, la fuerza en nuestras manos,
el ímpetu irresistible de nuestra voluntad y de nuestras energías que nos lleva
a realizar nuestras ideas. El entusiasmo es la levadura que hace crecer
nuestras esperanzas hasta alcanzar las estrellas”.
No digas nunca: "Es imposible". Propón
soluciones concretas. Tampoco digas: "No soy capaz de lograrlo".
Busca cómo dar pequeños pasos. No te excuses, diciendo: "No me acompaña la
suerte". La suerte la haces tú, no ella a ti. No te acostumbres a decir:
"Lo dejaré para mañana". Recuerda que el hoy es lo que importa. No
digas nunca: "No me van a comprender". Explica lo que quieres una y
otra vez. No te encierres en el: "No me servirá de nada". Te
sorprenderás de lo mucho que sirve. No te excuses: "Lo he intentado muchas
veces". Te falta la siguiente y la definitiva. No digas nunca: "Nadie
me apoya". Cuenta tú con ti mismo y los demás te ayudarán. No digas nunca:
"Ya no puedo más". Tú puedes si quieres: rebaja y revisa las metas.
“Los entusiastas son los triunfadores. Ellos tienen
fortaleza, tienen tenacidad. El entusiasmo es la base de todo progreso. Con él
se consigue crear. Sin él, todo son excusas”. El entusiasta tiene una gran
confianza en Dios, que es también sana confianza en sí mismo, en los demás y en
la vida. Sentimiento poderoso que disipa los fantasmas nefastos de los temores.
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