RECONCILIACIÓN
“Existe un vínculo estrecho entre la santidad y el
sacramento de la reconciliación. La conversión real del corazón, que es abrirse
a la acción transformadora y renovadora de Dios, es el «motor» de toda reforma
y se traduce en una verdadera fuerza evangelizadora. En la Confesión el pecador
arrepentido, por la acción gratuita de la misericordia divina, es justificado,
perdonado y santificado; abandona el hombre viejo para revestirse del hombre
nuevo. Sólo quien se ha dejado renovar profundamente por la gracia divina puede
llevar en sí mismo, y por lo tanto anunciar, la novedad del Evangelio.”
BENEDICTO XVI
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