ORACIÓN POR LOS HIJOS
La oración es todopoderosa para el bien. Todopoderosas
fueron las lágrimas, la oración y la fe de Santa Mónica, que obtuvieron, tras
años de pedir a Dios, la conversión de uno de los más grandes santos de la
historia de la Iglesia: Su hijo San Agustín de Hipona, Doctor de la Iglesia.
Todopoderosas son también las lágrimas de tantas otras
madres que dedican su vida a rezar por los hijos, humildemente, sin ser vistas,
sin que nadie se lo agradezca, esperando siempre contra toda esperanza y
confiando en Dios, que todo lo puede.
Y para ayudar a las madres en sus plegarias, les
dejamos esta oración:
Mi Señor Padre eterno,
Fuente de todo consuelo,
Te ruego por los hijos
Que me has regalado.
Tú que ya pensaste en ellos
Antes de la creación del mundo
Y que les quieres mucho más que yo,
Bendícelos siempre,
Envía a tus ángeles
Para que sus pies no tropiecen
Y no les dejes caer en la tentación.
Mi Señor Jesucristo,
Que quisiste nacer en una familia,
Por tu bendita Madre,
Que tanto sufrió al verte en la Cruz,
Apiádate de mis lágrimas
Y concede a mis hijos
La fe, que vale más que el oro,
Y la vida eterna.
Mi Señor Espíritu Santo,
Sé para ellos
Brisa suave que alivie sus penas,
Fuego que arda en sus corazones
Y Maestro que les enseñe a orar,
Para que nunca se desvíen
Del camino que lleva al cielo
Y un día podamos sentarnos juntos
En el banquete del Reino
Que dura para siempre.
Amén.