SI FUÉRAMOS...
-Si fuéramos automóviles, la Cuaresma sería el tiempo
de cambiar el aceite y afinar el motor.
-Si fuéramos jardines, la Cuaresma sería tiempo de
fertilizar nuestra tierra y arrancar las malas yerbas.
-Si fuéramos alfombras, la Cuaresma sería tiempo de
darles una buena limpieza con el aspirador o una buena sacudida.
-Si fuéramos baterías (acumuladores), la Cuaresma
sería tiempo de recargarlas.
Pero no somos ninguna de estas cuatro cosas:
-Somos personas que, quizá, muchas veces hemos hecho
cosas malas y necesitamos arrepentirnos de ellas. De aquí la necesidad de hacer
una buena confesión.
-Somos personas que muchas veces nos dejamos llevar
por nuestro egoísmo y que, por lo tanto, necesitamos empezar a pensar en los
demás. De aquí la necesidad de la limosna.
-Somos personas que muchas veces perdemos de vista el
fin para el que fuimos creados por Dios.
Necesitamos, pues, recobrar la vista. De aquí la
necesidad de la oración.
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