SAN FRANCISCO DE PAULA
Este santo nació en Paula en 1416. Hijo de una familia de profundos creyentes católicos firmes seguidores de Francisco de Asís, de quién tomaron el nombre para su primogénito. Desde pequeño sintió la fe religiosa y a los trece años entró en el convento franciscano de San Marco Argentano en Cosenza. Enseguida demostró sus aptitudes místicas que le acompañaron toda su vida. En el tiempo pasado en el convento se dedicó a la máxima obediencia, realizando las tareas más humildes, practicando ayunos y abstinencias.
En 1430 llevó a cabo con su familia una peregrinación con Asís como meta principal, junto a otros lugares como Roma y Montecasino. El lujo de Ciudad Eterna no le gustó, llegando a recordar a los cardenales que Jesús no vestía ropas tan lujosas. Regresando a su ciudad natal comenzó su período eremítico, fundando la Orden de los Mínimos, que fue creciendo paulatinamente, quedando aprobada canónicamente la orden en 1470. También se convirtió en un importante director espiritual, seguido incluso por las familias más nobles.
Entre otros milagros, se le atribuye la curación de un chico enfermo de una incurable llaga en un brazo, saneada con hierbas comunes. Aunque el más famoso es el llamado cruce del estrecho de Messina sobre su capa extendida, después de que un barquero se negara a transbordarle gratis a él y a sus seguidores, lo que contribuyó a nombrarle patrón de la gente del mar en Italia.
Por su fama de santidad y sus dotes milagrosas el rey de Francia Luis XI solicitó su ayuda y aunque de forma muy reticente accedió a dejar su vida austera y se marchó a Francia viviendo en un palacio real. Vivió allí durante 25 años, dejando a todos fascinados con su estilo de vida. Los sucesivos reyes Carlos VIII y Luis XII le impidieron salir de Francia y allí murió en 1507. Mandó leer el evangelio de San Juan mientras su alma expiraba.
Fue canonizado solo 12 años después de su muerte, en 1519.
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