ANSIEDAD O PREOCUPACIÓN
Los nativos de la
tribu me enseñaron muchas lecciones de vida práctica. Cierto día olvidé la
mochila en el barco. Me desesperé tratando de descubrir una manera de recuperar
mis pertenencias.
-No hay nada que
podamos hacer ahora -me dijo el jefe de la aldea. Mañana el barco regresará y
el conductor traerá la mochila de vuelta.
-¿Y si no la trae?
-pregunté ansioso.
-En ese caso
-respondió el sabio cacique-, guarda tus fuerzas para resolver el problema de
mañana.
Tú sabes muy bien que
la ansiedad no soluciona ningún problema, no sirve de nada, sólo causa sufrimiento;
pero si tú eres tan humano como yo, tu tendencia será pasar horas analizando un
problema cuya única solución es el tiempo.
Lamentablemente, el
tiempo no está hecho apenas de segundos, minutos, sino también de horas, y, a
veces, de meses y, años.
¿Qué solución es
pensar durante la noche que tu ser querido estaría vivo si no hubiera viajado?
¿Qué beneficio hay en desesperarse por un amor que llegó a su fin? ¿Para qué
hundirse en la arena movediza de las lamentaciones por un negocio que quebró?
Salomón aconseja que
ante casos que no tienen solución humana, lo mejor es decir palabras de
optimismo.
"Yo te
dije", "Yo sabía", "¿Ahora entiendes?"; "Cuántas
veces te lo dije'" y otras expresiones comunes como éstas, no son
ciertamente la "buena palabra" que el texto menciona.
¿Estás enfrentando
algún drama en este momento? ¿Tiene qué ver con tu matrimonio, con la situación
de algún ser querido, con tus negocios o con tu empleo? Después de poner el
problema en las manos de Dios, pídele que te ayude a ver la diferencia entre
luchar para superar las dificultades o preocuparse inútilmente con algo que,
por lo menos hoy, no tiene solución.
Si tu problema no
puede solucionarse hoy, duerme confiado en las promesas de Dios y, como dijo el
viejo cacique, guarda tus fuerzas para solucionar el problema cuando el momento
oportuno llegue.
Hoy es un nuevo día.
Mira el brillo del sol. ¿No hay sol donde tú estás? Mira la luz del día. ¿Sabes
por qué esa luz existe? Porque luego de la tormenta, el sol continúa brillando.
Espera un poco la tormenta pasará.
Y no olvides: "La
congoja en el corazón del hombre lo abate; mas la buena palabra lo
alegra".
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