EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

viernes, 15 de febrero de 2013

ESTO ES LA IGLESIA

UN EJEMPLO DE HUMILDAD



Llegó al Pontificado después de una larga trayectoria dentro de la Iglesia, con fama de duro, de ortodoxo, de conservador, cuya máxima expresión fue su responsabilidad en la Doctrina de la Fe y con una labor muy complicada, dar relevo al extenso papado de Juan Pablo II. No quería ser Papa, lo consideró un acto de obediencia a la voluntad de Dios. Desde el primer momento demostró su sabiduría intelectual, basada en el Evangelio, que ha tratado de imbuir en todos los órdenes de la Iglesia, tanto sacerdotal, como religioso y laical. Cuando era Joseph Ratzinger, tenía muy claro que el Evangelio para un cristiano tiene que ser su forma de vida. Sabía que por su edad no podría hacer muchas cosas, por lo que se dedicó a lo que consideró más importante, una clarificación razonada de la fe, que el mensaje de Jesús de Nazaret sea una auténtica palabra y no una opinión humana, aunque esté rodeada de buena voluntad. De ahí sus continuas referencias a los que debe significar la Nueva Evangelización. Fue capaz de reunir en Madrid a una cantidad ingente de jóvenes a pesar de su edad, dejándoles  tal  mensaje de esperanza y acción evangelizadora que se autodefinieron como los jóvenes de Benedicto. Ninguna estrella del cine o del rock logrará una audiencia y un impacto así  jamás. 
Ha entablado un diálogo sincero y profundo con la otras religiones del planeta, basado en el respeto mutuo y en la búsqueda de puentes de contacto y, sobre todo, ha escrito unas Encíclicas  en las que ha dejado muy claro lo que para su persona eran los grandes problemas y realidades de nuestro tiempo. Por eso, sus escritos están llenos de verdad, libertad, justicia y amor. Sus títulos no dejan lugar a la duda: Deus Caritas est, Caritas in Veritate y SpeSalvi.
No se puede obviar los problemas y pesadumbres que ha tenido su papado, suficientemente publicados y machacados en los medios de comunicación, que sacó a la luz pública a pesar de opiniones en contra. Tampoco ha querido disimular un  cada vez más delicado estado de salud, que le ha llevado a la decisión dolorosa de renunciar a su tarea. Y aquí es donde ha dado una lección tal de  HUMILDAD, que ha dejado boquiabiertos no solo a los católicos, sino prácticamente a todo el mundo. Lo ha hecho con  sobriedad germánica, sin palabras bonitas, sin grandes aspavientos, con un profundo y completo respeto a la Iglesia y lo que ésta representa. Todo muy reflexionado ante Dios y la fidelidad a la palabra de Jesucristo.
Su última Eucaristía define claramente su vida y testimonio: " Nos ilumina la certeza de que la Iglesia es Cristo, nunca faltará su guía y cuidado"... "Debemos vivir la Cuaresma como una intensa comunión eclesial, superando individualismos y rivalidades, que sirven como signo valiente y valioso para aquellos que son lejanos a la fe o indiferentes"... "EL VERDADERO DISCÍPULO NO SIRVE A SÍ MISMO O AL PÚBLICO, SINO AL SEÑOR EN LA SENCILLEZ Y LA GENEROSIDAD". Y lo que es un verdadero testamento de realidad social y eclesial: " Muchos parecen dispuestos a rasgarse las vestiduras frente a los escándalos e injusticias -cometidos por otros, por supuesto- pero pocos parecen dispuestos a actuar sobre el corazón, sobre la propia conciencia y las propias intenciones, dejando que el Señor transforme, renueve y convierte". Un mensaje muy claro, para quien quiera entenderlo.Y un desafío para todos los católicos. 
Cuando pasen unos años, su trabajo, su pensamiento, su ministerio, serán cada vez más valorados y quedará siempre presente que con su decisión ha mostrado el rostro humano de la IGLESIA y de la persona que lleva las sandalias del pescador.

¡ GRACIAS POR TODO BENEDICTO XVI !  

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