EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

viernes, 14 de junio de 2013

HOY HABLAMOS...

LAS BIENAVENTURANZAS


Ser feliz es una actitud.
Todos, más o menos, conocemos las bienaventuranzas, esas palabras tan hermosas que Jesús pronunció en el Sermón de la Montaña, pero quizá no conocemos las Bienaventuranzas del siglo XXI:
- Felices los que saben reírse de sí mismos, porque nunca terminarán de divertirse.
- Felices los que saben distinguir una montaña de una piedra, porque evitarán muchos inconvenientes.
- Felices los que saben dormir y descansar sin buscar excusas, porque llegarán a ser sabios.
- Felices los que saben escuchar y callar, porque aprenderán cosas nuevas.
- Felices los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio, porque serán apreciados por quienes los rodean.
- Felices los  que están atentos a las necesidades de los demás sin sentirse indispensables, porque serán portadores de alegría.
- Felices los que saben mirar con seriedad las pequeñas cosas y tranquilidad las cosas grandes, porque irán lejos en la vida.
- Felices los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desprecio, porque su camino estará lleno de sol.
- Felices los que piensan antes de actuar y rezar antes de pensar, porque no se turbarán en lo imprevisible.
- Felices los que saben callar y quizá sonreír cuando se les quita la palabra, se les contradice o cuando les pisan los pies, porque el amor comienza a penetrar en su corazón.
- Felices los que son capaces de interpretar con benevolencia las actitudes de los demás, porque conocen el valor de la caridad.
- Felices los que saben reconocer al Señor en todo lo que encuentran, porque habrán hallado la paz y la verdadera sabiduría.
Si se tiene fe en Dios, se asume el compromiso de ser cada día mejor, más humilde, más justo, y se podrán cumplir los compromisos adquiridos. El nos apoyará y nunca se estará solo y seremos felices  en esta tierra y lo que es mejor, en la vida eterna.

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