EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

domingo, 4 de agosto de 2013

HOY EL EVANGELIO

LA CODICIA



El Evangelio de hoy, que pertenece a San Lucas 12, 13-21, presenta una de las más claras alusiones de Jesús en relación con la posesión y uso de los  temas materiales.

Uno de entre la gente le dijo:
- Maestro di a mi hermano que comparta conmigo la herencia.
Jesús le dijo:
- Amigo ¿quién me ha hecho juez o árbitro entre vosotros?

Jesús se niega a ejercer de juez. Se distancia del caso concreto y va al fondo de la cuestión.

Y añadió:
- Tened mucho cuidado con toda clase de avaricia; que aunque se nade en la abundancia, la vida no depende de las riquezas.

Jesús está convencido de que la felicidad  no depende de los bienes materiales, por muchos que se tengan. Previene contra el deseo de acaparar, usurpar, acumular posesiones o privilegios,...porque ésta actitud esclaviza, aleja del amor generoso del Padre  y rompe la solidaridad entre los hermanos.

Les dijo una parábola:
- Había un hombre rico cuyos campos dieron una gran cosecha. Entonces empezó a pensar: ¿Qué puedo hacer? Porque no tengo donde almacenar mi cosecha. Y se dijo: "ya sé que voy hacer". Derribaré mis graneros y construiré otros más grandes, almacenaré en ellos todas mis cosechas y mis bienes y diré: "ahora tienes bienes almacenados por muchos años,; descansa, come, bebe y pásalo bien".

El diálogo de este hombre consigo mismo desvela sus prioridades. Interés de porvenir egoísta, piensa sólo en él sin pensar en los demás. No desentonaría en nuestra sociedad egoísta, donde una de las mayores idolatrías, incluso entre los cristianos, es el dinero. ¿En qué valores invierto? ¿Qué enriquece verdaderamente a una persona?

Pero Dios le dijo: ¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién va a ser todo lo que has acaparado?  Así le  sucede para quién atesora para sí, en lugar de hacerse rico ante Dios.

El dinero y todos los bienes materiales tienen valor si valen para la vida definitiva, que ya ha comenzado. Con lo que consumimos y tiramos, además de embotar nuestro espíritu,  aumentamos la miseria del resto del mundo y destruimos el mismo. Jesús nos invita a plantearnos que el verdadero tesoro de nuestras vidas no es lo que consigamos y acumulemos, sino lo que seamos capaces de dar y recibir como un don de Dios.

Envía tu luz a esta tierra injusta
para que se reparta pan al pobre
Abre nuestros ojos para ver la verdad
Abre nuestro oídos para oír  el dolor 
Haz que seamos personas de Paz
que llevemos la Paz con nosotros
Aparta de nosotros el ansia de consumir
 y ayúdanos a saber compartir
Que demos la mano a todos lo que la necesiten
Amén

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