EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

martes, 11 de febrero de 2014

HOY ES...

NUESTRA SEÑORA DE LOURDES
DÍA DEL ENFERMO



LA FRATERNIDAD, FUNDAMENTO Y CAMINO PARA LA PAZ

Mensaje del Papa Francisco para esta Jornada.

En este primer mensaje para la Jornada Mundial de la Paz ,quisiera desear a todos, a las personas y a los pueblos, una vida llena de alegría y esperanza. El corazón de todo hombre y toda mujer alberga en su interior el deseo de vida plena, de la que forma parte un anhelo indeleble de fraternidad , que nos invita a la comunión con otros, en los que encontramos no enemigos o contrincantes, sino hermanos a los que acoger y amar. De hecho, la fraternidad es una dimensión esencial del hombre, que es un ser relacional. Por eso hay que tratar a cada persona como verdadero hermano y verdadera hermana, sin ella es imposible la construcción de una sociedad justa, de paz estable y duradera. Y en la familia se encuentra la fuente de toda fraternidad y por eso es también el fundamento y el camino primordial para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo su amor.
Cada día es mayor el número de interdependencias y de comunicaciones que se entrecruzan en nuestro planeta y en los dinamismos de la historia, a pesar de la diversidad de etnias sociedades y culturas, vemos sembrada la vocación de formar una comunidad compuesta de hermanos que se acogen recíprocamente y se preocupan los unos de los otros. 
En muchas partes del mundo se lesionan gravemente los derechos fundamentales, sobre todo el derecho a la vida y la libertad religiosa. El trágico fenómeno de la trata de seres humanos, con cuya vida y desesperación especulan personas sin escrúpulos, representa un ejemplo inquietante. A las guerras hechas de enfrentamientos armados  se suman otras guerras menos visibles, pero no menos crueles, que se combaten en el campo económico y financiero con medios igualmente destructivos de vidas, de familias, de empresas.
La globalización, como ha dicho Benedicto XVI nos acerca  más, pero no nos hace hermanos.  Además, las numerosas situaciones de desigualdad, pobreza y de injusticia revelan no solo una profunda falta de fraternidad, sino también la ausencia de una cultura de solidaridad. la nuevas ideologías, caracterizadas por un profundo individualismo, egocentrismo y consumismo materialista debilitan los lazos sociales, fomentando esa mentalidad de "descarte", que lleva al desprecio y al abandono de los más débiles, de cuantos se consideran "inútiles". 
Al mismo tiempo, es claro que tampoco las éticas contemporáneas son capaces de generar auténticos vínculos de fraternidad, ya que una fraternidad privada de la referencia a un Padre común, como fundamento último, no logra subsistir. Una verdadera fraternidad entre los seres humanos supone y requiere una paternidad transcendente. A partir del reconocimiento de esa paternidad, se consolida la fraternidad entre los hombres, es decir, hacerse "prójimo" que se preocupa por otro.

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