EL AMOR NO DEBE NACER EN LA ARENA DE LOS SENTIMIENTOS QUE VAN Y VIENEN, SINO EN LA ROCA DEL AMOR VERDADERO, EL AMOR QUE VIENE DE DIOS

(Papa Francisco)

domingo, 23 de marzo de 2014

HOY...

EL AGUA MILAGROSA DE SÍCAR



El evangelista San Juan nos ofrece hoy uno de los pasajes más bellos de toda la vida pastoral de Jesús, el diálogo que mantiene con la mujer samaritana. Es un encuentro sincero y profundo entre dos personas que se encuentran en un lugar y momento determinado. Una persona que busca (la samaritana), otra persona que ofrece (Jesucristo) y el nexo que les une, el agua (la vida). Este es un marco muy adecuado para adentrarnos en nuestra trayectoria personal. Jesús lleva la conversación desde lo superficial hasta los secretos del corazón; valiéndose de la sed fisiológica llegan al fondo de sus vidas. Cada uno de nosotros vive lleno de aspiraciones y carencias: necesidades desde lo elemental o biológico hasta lo transcendente; unas son reales, otras no; unas ordenadas, otros no tanto. Las hay que brotan desde dentro; muchas son estimuladas por el ambiente social; todas ellas al ser descubiertas nos empujan a satisfacerlas buscando la saciedad.
Sabemos que la sociedad renueva de forma eficaz sus ofertas para hacerlas atractivas. Aparecen soluciones para remediar aquello mismo que antes provocó; cuando éstas sean satisfechas podrán aparecer en cadena otras que sutilmente reclamen atención. Cada una exige reacción rápida y eficaz, de tipo personal, para distinguir juiciosamente el trigo de la paja, lo verdadero del engaño, lo humano de lo insuficiente.
Preparemos ambientes que faciliten dialogar con Jesús; él invita a coger agua limpia en la propia conciencia personal con nuestro vaso. Pensemos que a la samaritana no le fue fácil confiar en Jesús, hasta reconocer en aquel judío al Mesías, hablando de Vida. Se fió y confió. Jesús le ayudaba y al tiempo le pedía una colaboración eficaz.
La alegría llevó a la samaritana a compartir con sus vecinos cuanto le ocurría. Con sinceridad no temió el juicio popular viendo cómo  crecía en  su corazón  la vida sembrada en Espíritu y Verdad por Jesús- ¿Cómo cultivar ambientes de interioridad, que nos ayuden a saborear "el agua milagrosa de la Verdad cristiana", que nos ofrece el pozo se Sícar? 

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