EL TIEMPO
El tiempo es un bien muy valioso. Pero, la verdad es que
tendemos a desperdiciarlo, en vez de aprovecharlo con sabiduría y prudencia. Es
evidente que no debes emplear demasiado tiempo en tareas secundarias y, por el
contrario, poco tiempo en los asuntos importantes. Es urgente y vital aprender
a distinguir lo importante de lo accesorio.
Imagina que existe un banco, que cada mañana acredita en tu
cuenta la suma de U$S 86.400. Cada noche borra cualquier cantidad de tu saldo
que no usaste durante el día. ¿Qué harías? Retirar hasta el último centavo,
¿verdad? Cada uno de nosotros tiene ese banco. Su nombre es “tiempo”. Cada
mañana, este banco te acredita 86.400 segundos. Cada noche, este banco borra
todo el tiempo que no hayas invertido en un buen propósito. Si no usas tus
depósitos del día, la pérdida es tuya. Invierte pues de tal modo que consigas
lo mejor para esta vida y la otra: invierte en amor a Dios y a tus semejantes.
El paso fugaz del tiempo es percibido por todos. El salmista (S.
90) dice que, aun cuando lleguemos a los 70 y 80 años, al fin tenemos la
impresión de que han pasado a prisa, como volando. Por eso pide a Dios le
enseñe a calcular el número de años de vida, para obrar con sabiduría. Buena
lección, ¿verdad? Aprovecha intensamente este día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario