EL TIEMPO PASA
Todos nosotros, los que hoy nos estamos convirtiendo en abuelos,
hemos crecido en un caldo de olores, melodías, nombres y colores que hicieron
nuestra niñez y juventud de los años 50, el antes y el después.
Al cabo de los años, nos encontramos con nuestros nietos, que
nos dejan completamente perplejos. Son de otro planeta. De otro milenio. No
tienen nada que ver con el tiempo de nuestra infancia
Son mutantes, ¿o lo somos nosotros? Los abuelos -todavía
jóvenes- nos encontramos en el club o en la cola del banco y contamos cosas
asombrosas sobre nuestros nietos. Lo decimos a veces con orgullo, otras veces
con vergüenza, pero siempre con asombro:
1. "Mi nieto no sabe hablar en castellano, porque mi hijo
se fue a vivir al Canadá francés, así que el pequeño Jean Pierre va al colegio
en francés y tiene que aprender obligatoriamente inglés... ¿Para qué quiere más
idiomas?"
2. "Mi nieto quiere ser chef"
3. "Mi nieta quiere ser boxeadora"
4. "Recibí un mail de mi nieto, dice que se casa con una
buena persona..., no me aclara si es varón o mujer"
5. "Mi nieto es hincha del Manchester United"
6. "Mi nieta es negra, porque mi hija se radicó en
Barcelona y allí se juntó con Ahmed, que es de Senegal"
7. "Mi nieto se pone la ropa de su mamá, se disfraza de Madonna
y baila por toda la casa"
8. "Mi nieto me pidió una iguana para su cumpleaños"
9. "Mi nieta me mandó un CD, pero no sé cómo abrirlo"
10. "Hice un asado para mis nietos, pero me dijeron que son
ovo-lacto-vegetarianos"
11. "Le regalé una pelota de fútbol, pero prefiere jugar
con la Wii ¿?"
12. "Mi nieta no come en la mesa, se alimenta en su cuarto
con caramelos y hamburguesas mientras chatea"
13. "Mi nieto vive aquí, en Argentina, pero habla de tú y
de aparcar el carro o jalar de la puerta, como en la tele"
14. "Mi nieta cultiva una huerta orgánica en el balcón:
tiene tomates y marihuana"
Sin darnos cuenta, hemos entrado en otro planeta
Perviven todavía algunos hábitos de la prehistoria: por ejemplo,
concurrir personalmente a una cancha de fútbol para mirar un partido, o
inseminar personalmente a la mujer (al viejo estilo), o aplaudir personalmente
a figuras tan jurásicas como Paul Mc McCartney.
Tal vez todo eso desaparezca en el futuro, en la medida en que
vamos desapareciendo nosotros
¡Un gran consuelo es que… viejo es el viento y todavía sopla!
Me deja desconcertado esa realidad: ¿nos hace más felices?
ResponderEliminar