DOMINGO DE RAMOS
¡ HOSANNA !
El evangelio de este domingo abre señalando el destino del viaje realizado por Jesús: Jerusalén. Él había anunciado que allí sería entregado y condenado a muerte (Mc 10,32-33), por lo que “se huele” la tragedia. Jesús entra en la ciudad sobre un asno. Así entraría el rey justo que aniquilaría los arcos de guerra, que traería la paz a las naciones, según el profeta Zacarías (Zac 9,9). La entrada de Jesús en Jerusalén se convierte así en un gesto simbólico y profético. Jesús es el nuevo rey que trae la paz. La multitud que le acompaña, con sus gestos y cánticos, también va a proclamar quién es el que llega. Con la expresión Hosanna (Sálvanos) le lanzan una súplica a aquel que invocan como “el que viene en el nombre del Señor”, “el que viene en nombre de nuestro padre David” (Sal 117). Jesús es aclamado como aquel en quien se van a cumplir las promesas mesiánicas.
Tanto el gesto de Jesús, como los cánticos de la gente, están dándonos pinceladas de quién es aquel que entra en Jerusalén: Él es el Rey, el Mesías que trae la paz. Su mesianismo no se va a realizar desde el poder de los cetros, sino desde la debilidad de la cruz. Marcos compone así a modo de obertura musical lo que van a ser los próximos días del Maestro. Aquellos que lo seguimos, hemos de tener presente que la Pasión y Muerte de Jesús nos introducen en la verdadera imagen del Dios de Jesús: un Dios desconcertante. En la cruz, el Señor se nos entregó como fuente de agua viva (E.G.86).
Mariela Martínez
Religiosa Dominica
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